LA PEQUEÑA JERUSALÉN de Karin Albou - Hernando Harb

miércoles, 8 de diciembre de 2010 en 18:45





















LA PEQUEÑA JERUSALÉN
de Karin Albou

Título original: La petite Jérusalem Origen; Francia, 2005 Género: Drama Hablada en francés, hebreo y árabe Dirección y guión: Karin Albou Producción: Larent Lavolé – Isabelle Pragier Música: Cyril Morin Fotografía: Laurent Brunet Montaje: Christiane Lake Intérpretes: Fanny Valette (Laura) – Elsa Zylberstein (Mathilde) – Bruno Tedeschim (Ariel) -Sonia Tahar (la Madre) – Hédi Tillete de Clermont-Tonerre (Djanel) - Michaël Cohen (Eric) Duración original: 96’ Estreno en la Argentina: 29 de abril de 2010 Calificación: Sólo para mayores de 13 años

Filmada en un pequeño barrio suburbano francés, Sarcelles, conocido como “la pequeña Jersusalén” porque la mayoría de sus habitantes son judíos, esta opera prima de la sensible directora y guionista Karin Albou se distingue por la sutileza, sensualidad y delicadeza que le otorga a un seductor relato, el cual es seguro que hizo que el Jurado de Cannes le otorgara dos merecedoress galardones (a la mejor exhibida en la Semana Internacional de la Crítica y a la Mejor Opera Prima). Dos hermanas conviven en un departamento diminuto con la Madre y Ariel, el esposo de la mayor, Mathilde, padres de tres niños pequeños. La atmósfera es asfixiante doblemente: no sólo física sino interior. Laura, la menor, es estudiante de filosofía, rebelde hasta enfrentarse a los rituales y costumbres judías, enamora de Djamel –un musulmán que carece de papeles legales-, y aficionada a Kant y burlona intérprete de Platón y su “Satiricón”). Mathilde, la mayor, es una estricta cumplidora de los preceptos de la Toráh. La Madre, una judía que añora Túnez, es una extraña combinación de irracionalidad religiosa (reparte talismanes, practica ritos con incendiarios por algún desembrujamiento salvador) observa a sus dos muchachas con desconciertos. Ambas terminan contradiciendo sus creencias: la hermosa Laura deja la obediencia a la ley y el cumplimiento de la rutina como forma de vida, es antirromántica y descree de la no-razón que la religiosidad le ofrece. La otra, Mathilde, al ver que se desmorona su matrimonio por consagrarse puntillosamente a los reglamentos ortodoxos de la religión judía a la que se aferra como un medio de guía para asumir una conducta represora. ¿El motivo? La sexualidad. La libertad del goce femenino. La media naranja filosófica que tuvo su origen en un drástico gesto de Zeus en busca de una media naranja perfecta, complaciente, libre. Son dos mujeres magníficas. Llenas de angustia y capaces de dialogar entre ellas para atisbar el camino de la liberación oprimente de una ortodoxia tanto mística como kantiana. Lo logran. El camino no ha sido fácil. La osadía y los eternos “otros” están presentes para recriminar e imponer conductas (la castradora familia del árabe, los incendiarios de una sinagoga humilde, el antirracismo candente hasta en la cancha de un partido de fútbol vecinal), y ella inclinada a rebelarse, con o sin rezos, con vino y pan consagrados a Dios, con vergüenzas íntimas y abandonos sentimentales). Una escena inquietante se presente casi a los inicios de este bello filme: en tanto su cuñado Ariel realiza sus rezos matutinos, Laura –que estudió toda la noche a los filósofos occidentales- se desnuda para dormir. La oposición del montaje es perturbadora y hasta un tanto atrevida, pero es tal su mensaje alentador y respetuoso que transmite la principiante Karin Albou que uno se da cuenta que en ese contrapunto está el inicio de la “discusión” a que convida este filme que recomiendo ver. Es interesante, digno, y un apasionado análisis de dos psicologías femeninas. La interpretación es muy buena. La música, exacta. Y el montaje, impecable. ¿Qué más puede pedir de esta pequeña Jerusalén que le habla de amor, intolerancia y pasión, y en que las soluciones llegan pujantes con la voluntad que da el raciocinio, con ayuda o no de un prolijo Kant que violó su rutina una sola vez en su vida por motivos de una guerra cercana?

Hernando Harb

INGRID de Eduard Cortes - Arnaldo H.Corazza

en 15:50














INGRID
de Eduard Cortes

Título original: Ingrid
Dirección: Eduard Cortés
País: España
Año: 2009
Fecha de estreno: 30/04/2010
Duración: 93 min.
Género: Drama
Reparto: Eduard Farelo, Elena Serrano, Victòria Pagès, Jürgen Müller, José María Blanco, Guille Milkyway, Lourdes Hernández, Helena Miquel, Marc Barrachina, Helena Miquel
www.ingridthemovie.es

Tras su ruptura matrimonial, Álex se instala en su nueva casa. Allí conoce a Ingrid, una artista de veintitrés años bastante excéntrica que, a partir de ahora, será su vecina.
Conciertos, performances, fiestas y exposiciones son habituales en aquella casa donde impera una fascinante atmósfera de libertad creativa. Muy pronto entre Ingrid y Álex se establecerá una amistad peculiar y llena de complicidad, aunque poco a poco él irá descubriendo que, tras el apasionante mundo de Ingrid, se ocultan misterios imprevisibles.

El film del catalan Eduard Cortes es un verdero brodrio, con pretenciones de originalidad. El camino de Ingrid al suicidio esta lleno de historias punk, y de magia sin sentido. Solo pueden interpretarse ellas como su camino al suicidio, aunque los magos o brujos sin sentido carecen de explicacion. La vedad es que cuesta imaginar que esta produccion tenga apoyo oficial, aunque tambien ocurre este fenomeno en la Argentina con bodrios tanto o mas poderosos que Ingrid. Lamento haber perdido el tiempo en verla. Las interpretaciones, inexpresivas, y verdaderamente desastrosas. No la vea.


Puntos de 1 a 5: 1 punto

ARNALDO H.CORAZZA

I SAW THE DEVIL de Kim Jee-won - Arnaldo H.Corazza

en 11:03





















I SAW THE DEVIL
de Kim Jee-won (1)


Corea Del Sud. 2010
Director: Kim Jee-woon
Productors: Kang Dong-seok, Kim Hyun-woo, Rim Ji-hoon, Michelle Park
Productors executius: Greg Moon, Jeong Hun-you
Guió: Park Hoon-jung
Fotografia: Lee Mogae
Muntatge: Nam Na-young
Música: Mowg
Disseny de producció: Cho Hwa-sung
So: Choi Tae-young
Efectes especials de maquillatge: Kwak Tae-yong
Vestuari: Kwon Yoo-jin
Intèrpretes: Lee Byung-hun, Choi Min-sik, Jeon Guk-hwan, Cheon Ho-jin, Oh San-ha
Duracion: 143 minuts

Sin éxito todavía, la policía lleva tiempo intentando encontrar a un depravado asesino en serie que mata por placer y que no distingue entre mujeres y niños. Cuando la novia de Soo-hyun, un agente secreto, se convierta en su nueva víctima, Soo-hyun no se contentará con detenerlo y dará comienzo a un macabro juego de la venganza.

Para quienes les agrade el genero policial, de extrema violencia (extrema en serio), este film entrara en la categoria de imprescindible. Trata, como dice el resumen, de la venganza, con una violencia que alcanza niveles inimaginables. Kim Jee-woon no es cualquier director, en un referente importante del cine surcoreano. La pelicula esta bien filmada, con un manejo de los tiempos y el ritmo de la creciente violencia a todas luces brillante. No soy un apasionado del genero, lo que quizas me limita el analisis, ya que son pocas las comparaciones a realizar,por no ver este tipo de cine. No tengo dudas de que se trata de un excelente film, con un guion simple, de un policia que le matan a su esposa e incia el camino de la venganza. Si bien su director suprimio muchas escenas de extrema violencia, lo que queda casi ingresa al genero del terror, y no apta para espiritus demasiado sensibles.


Puntos de 1 a 5: 4 puntos

ARNALDO H.CORAZZA


1.-Kim Ji-Woon (en coreano: hangul: 김지운, RR: Gim Ji-un, MR: Kim Ji-Woon, AFI: [gim.ji.un]),(nacido el 27 de mayo de 1964) es guionista y cineasta coreano. Ha abordado una amplia gama de géneros cinematográficos, convirtiéndose en un director de referencia para los a los aficionados al cine asiático. Kim Ji-Woon abandonó sus estudios en el Seoul Institute of the Arts para empezar su carrera como actor y director teatral. Como cómico participó en producciones como "Hot Sea" o "Movie Movie".Su paso al cine le reportó crecientes niveles de éxito destacado por la importancia dada a la actuación y el detallismo de sus películas. En 1997, logró el premio al mejor escenario por Wonderful Seasons y el premio al mejor escenario otorgado por la revista Ciné 21 por The Quiet Family. Sus películas más recientes, A Tale of Two Sisters y A bittersweet life muestran un crecimiento considerable como director y estilista vistual y fueron recibidas con buenas críticas y éxitos comerciales. En 2008 recibió el galardón al mejor director del Festival de Cine de Sitges por The good, the bad and the weird. En 2010, presentó el thriller I Saw the Devil con los actores Choi Min-sik y Lee Byung-hun. Las violentas escenas que contenían retrasaron su estreno en Corea, puesto que debido a "escenas que dañaban seriamente la dignidiad humana" fue clasificada como"Limited Screening", etiqueta que obliga a su exhibición en salas para adultos, inexistentes en la península coreana. Tras recortar unas cuantas escenas, llegó a la calificación 18+ y pudo ser finalmente estrenada.

SOY CUBA de Mikhail Kalatozov - Hernando Harb

en 8:27















SOY CUBA
de Mikhail Kalatozov

Título original: ídem Origen: Unión Soviética – Cuba, 1964 Género: Drama Hablada en español e inglés Dirección: Mikhail Kalatozov Guión original: Enriqueda Pineda Barnet – Yevgeni Yevtushenko Prducctora: Mossa Film – Instituto de Cine de Cuba Dirección de producción: Bela Fridman - En la versión cubana: Maryakhin Symson – En la versión rusa: Miguel Mendoza Música original: Carlos Fariñas Fotografía en blanco y negro: Sergei Ursevitsky Montaje: Nina Glagoleva Intérpretes: José Gallardo (Pedro) – Luz María Collazo (María/Betty) – Sergio Corrieri (Alberto) – Jean Bouise (Jum) – Celia Rodríguez (Gloria) – Mario González Broche (Pablo) Duración: 141’ No estrenada en la Argentina Versión en DVD: 2 CD’s. (Año 2010) Calificación: Apta para todo público

Es un extenso panfleto a favor de la revolución castrista filmado en 1964, interdicto en la Argentina y, hoy, no potable para ser estrenado. Motivo: los tiempos pasan, la película no soporta el paso de los años y el fracaso comercial lo ve desde el cadete de la distribuidora. Está realizada por un excelente director, Mikhail Kalatazov, nacido en una localidad de la República de Georgia y fallecido el 27 de marzo de 1973 en Moscú. No es difícil suponer que fue otra víctima artística del “realismo socialista” en sus etapas previas. Fue el responsable de una bella película estrenada en 1975, “Pasaron las grullas”, lo que afianza la posibilidad de que los “tutores” de la censura soviética influyeron en su carrera y amordazaron su capacidad creativa. No son deducciones capitalistas: cualquier aficionado al cine conoce la humillación sufrida por el gran Sergei Eisenstein en una vergonzosa carta negando culpas antiestatales. (Cualquier libro de cine ruso la transcribe, letras más, letras menos.) El primer mérito de este filme es su bellísima fotografía en blanco y negro debida a Sergei Ursevitsky, un talento asombrosa por la belleza de sus imágenes, las tonalidades impecables, las sombras asomando oscuridades del rostro y soportando los vaivenes de una cámara que reproduce escenas sin cortes de montaje. Una maravilla de artista. En cuanto a “Soy Cuba” son una sucesión de episodios enlazados con los versos del militante poeta Sergei Evtushenko, que si no fuera que son recitados por una voz femenina armoniosa podrían resultar contradictorios, aburridos y envejecidos desde que fueron escritos. Mientras la voz en off agradece al Señor Colón haber descubierto tan bellas tierras la cámara da una lección de política marxista-leninista a través de varios ejemplos: a modo de enseñanza vemos cómo una chica que vive en un barrio miserable y es novia de un vendedor de frutas prerrevolucionario por las noches concurre a un cabaret para prostituirse en brazos de un invasivo, feo y cínico norteamericano que después de acostarse con ella hasta le compra un crucifijo que la chica lleva en el cuello porque el tipo es “coleccionista de material religioso”. Lección primera: en la época del dictador derrocado por Fidel Castro y el pueblo las muchachas para tener dinero se enviciaban en cafés concurridos por americanos gordos, con anteojos y aficionados a unas muchachas semidesnudas hermosísimas. Luego de otro recitado, vemos a un anciano que está feliz con el cultivo de azúcar de su tierra, con su mujer e hijos. Pero arriban tres cowboys para decirle que los terrenos se vendieron a la United Fruit. El anciano recuerda las imágenes de amor que vivió con su esposa y las angelicales sonrisas de sus hijos. Pero la furia del presenta lo obliga a quemar todos los cañaverales que tiene a su alcance a los gritos de “Esto vale mucho”. Lección segunda: más vale quemar tu trabajo antes de entregarlo a los invasores yankis, No importa que tus hijos contemplen la escena. No es cuestión de darles explicaciones que el guión no marca. Otra vez la recitadora y pasamos a la ciudad: un muchacho en saber si es necesario en matar al dictador Batista que sumarse a la espera de que desde Sierra Maestra llegue Fidel. Los compañeros lo adoctrinan.No está convencido hasta que un gordo gordísimo de toda gordura que encabeza un pelotón represor mata a un compañero y el avance para vengarse, no lo logra, pero el asesino le dispara tantos tiros que ni las balaceras de Tarantino pueden competir. Lección tercera: la revolución ya llega, si matas a un dictador vendrá otro… Esto está reflejado en dos escenas dignas de un librito de aprendizaje: cuando la policía descubre un libro con la portada de Lenin un muchacho gráfico responde: “El libro es nuestro y quien no lo ha leído no sabe nada de la vida” (sic). Un poco exagerado. El totalitario no puede desconocer que un libro de Marx o de Lenin no se puede guionar porque los intentos dan una película como ésta. Es cuestión de metodología elemental: el maestro marxista, en su sala de aprendizaje y adoctrinamiento; el director de cine con su cámara y un buen guión para contarnos una historia sin moralejas que deban ser escuchadas por alumnos que faltaron al curso práctico y se fueron al cine. Conviene rever a Eisenstein. La otra escena de este episodio es la de un joven que, asomado al balcón, tira panfletos negando que Fidel está muerto y que la revolución llega. Lo matan por la espalda y cae en medio de una plaza blanquísima cerca de la iglesia (también alba) donde pensaba casarse la pareja del primer episodio. Para rematar, aparece un hombre en el campo con su mujer y cuatro hijos que se asusta ante la presencia de un guerrillero muerto de hambre. Le dan de comer pero lo echan porque quieren vivir en paz.El revolucionario se va justo antes de que aviones se manden una embestida hasta matar a uno de los chicos. Él, llorando, abandona a los suyos y ahí, a la vuelta del camino, se encuentra con el militante que le dice bíblicamente: “Sabía que vendrías, ahora gánate tu fusil”.Se suma a la caravana. Encuentra un fusil y a al ritmo de una marcha libertadora avanza en medio de humo, bombas que ni lo raspan y la voz de la entonadora de versos diciendo que “las armas no son para matar (¿, sino para combatir la injusticia, lograr educación para los hijos, ropas para campesinos, obreros y estudiantes” y un discurso (muy realista) pero que no resultan auténticas en medio de esta pesadillesca clase de adoctrinamiento juvenil. Lección última: si uno falta al cursillo leninista no lo reemplaces con una película. “El Capital” no ha sido escrito por un guionista o un aficionado al cine… Si uno se decide a ver este filme en dos CD’s es porque en la tapa lo apadrina Martin Scorsese y Francis Ford Coppola. Sin muchas explicaciones. Y en la contratapa se dice que es una versión de ¡Comunismo Kitsch!... Bueno. En definitiva: un desperdicio pòr el lado que se lo mire. Castro la debe de haber visto y no quedó conforme (seguro). El “Che” si la vio debe haberse dado cuenta de que ni lo nombran salvo que uno considere una referencia a su persona cuando un joven dice “Fidel y su compañero están llegando”. Muy pobre como dato. Lo que hay que remarcar es la ridícula secuencia es que el muchacho de ciudad quiere matar al tirano Batista con un rifle con mira telescópìca. No lo hace porque parece conmoverse al ver a dos chiquititos (nietos del dictador, tal vez) desayunando a balcón abierto en tanto la esposa les sirve el café con leche. Lección cinematográfica: un poco de coherencia es necesaria. Esto se nota a la distancia: los amores y los odios, los grandes y los malos hechos, son mejor juzgados a la distancia. Es que el tiempo es implacable. Y las tiranías no son cuestiones de héroes acartonados ni de traidores ausentes. El hombre es el motivo, Y del motivo debemos sacar conclusiones. ¡Ah! Un elogio enorme para el fotógrafo extraordinario de esta “Soy Cuba” que ya está en el olvido.


Hernando Harb

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