PARTIR de Catherine Corsini - ARNALDO H.CORAZZA

lunes, 15 de noviembre de 2010 en 18:49














PARTIR
de Catherine Corsini


Dirección: Catherine Corsini. País: Francia. Año: 2009. Duración: 85 min. Género: Drama. Interpretación: Kristin Scott Thomas (Suzanne), Sergi López (Iván), Yvan Attal (Samuel), Bernard Blancan (Rémi), Aladin Reibel (Dubreuil), Alexandre Vidal (David), Daisy Broom (Marion), Berta Esquirol (Berta), Gérard Lartigau (Lagache). Guión: Catherine Corsini; con la colaboración de Gaëlle Macé. Producción: Fabienne Vonier. Fotografía: Agnès Godard. Montaje: Simon Jacquet. Diseño de producción: Laurent Ott. Vestuario: Anne Schotte. Distribuidora: Golem. Estreno en Francia: 12 Agosto 2009. Estreno en España: 13 Noviembre 2009.

Suzanne, de unos 40 años, vive en el sur de Francia con su marido médico y sus hijos. Su cómoda vida le pesa y convence a su marido de que quiere volver a ejercer y abrir una consulta. Durante las obras de la misma, conoce a Iván, el encargado de los trabajos, un hombre que siempre ha vivido a salto de mata y que ha estado en la cárcel. La atracción es mutua, inmediata y violenta. Suzanne decide dejarlo todo para dar rienda suelta a la pasión.

El film de la directora Corsini es solo pasable. Es la historia de una mujer -Suzanne- que vive en muy buena posicion con su marido y dos hijos adolescentes, y que decide dejar todo por un obrero español de otra condicion social. Imagino, que se trata de mostrar -sin demasiada pericia- los problemas de toda mujer al abandonar a un marido que no esta dispuesto a reconocerle un centimo de sus bienes. Este apasionado amor, los encuentra casi en la imposibilidad de sobrevivir, por falta de trabajo, o por malos trabajos que no les alcanza ni para subsistir. El mensaje no es claro, pero al menos posible de imaginar. El relato es simple, sin mucha profundidad, y sostenido por dos buenos actores. El final trágico, aparece como abrupto, sin dejar ninguna posibilidad de sostener ese amor, pero en fin es el final elegido. Se puede ver, nada mas que eso, y sin esperar emociones demasiado profundas.


Puntos de 1 a 5: 3 puntos

ARNALDO H.CORAZZA

LA DOPPIA ORA de Giuseppe Capotondi - Arnaldo H.Corazza

en 10:14













LA DOPPIA ORA
de Giuseppe Capotondi

Título original: La doppia ora
País: Italia
Estreno en USA:
Estreno en España:
Productora: Indigo Film - Medusa Film
Director: Giuseppe Capotondi
Guión: Alessandro Fabbri, Ludovica Rampoldi, Stefano Sardo
Reparto: Roberto Accornero, Deborah Bernuzzi, Barbara Braconi, Gaetano Bruno y Ksenia Rappoport

Sonia es una emigrante en Italia de origen esloveno que limpia habitaciones en un hotel de Turín, y que acude a un lugar de citas rápidas para encontrar pareja. Allí conocerá a Guido, un ex policía convertido ahora en guardia de seguridad de una mansión de lujo en medio del campo.

El film que comienza muy bien, pronto se ira diluyendo su interes. Sonia. inmigrante de un pais del este, trabaja de mucama en un hotel, y el club de citas conoce a Guido con el cual se establece una extraña relacion. Guido es asesinado por una banda que desvalija la lujosa casa que cuida Guido, delante de Sonia. Sonia es vigilada por un policia que sospecha de ella. Luego, medio insolitamente, Guido aparece de nuevo -no ha muerto- y vuelven a relacionarse entre si. Aqui la pelicula decae, todo se torna previsible y aburrido, y Sonia novia de uno de los integrantes de la banda, traiciona a Mauro y viaja con su novio a Buenos Aires. Es buena la actuacion de la actriz rusa Ksenia Rappopot, aunque no esta profundizado el perfil psicologico de la misma, y donde su alegria o dolor no tiene demasiada explicacion. Es la opera prima de su director, y si bien nos es un film despreciable, tampoco se traduce en un producto valioso o digno de destacar. Recomendable con reservas.


Puntos de 1 a 5: 2 puntos

ARNALDO H.CORAZZA

GRACIAS, MAESTRO LUIS GARCÍA BERLANGA - Hernando Harb

en 7:26













UN MARAVILLOSO PESIMISTA

GRACIAS, MAESTRO LUIS GARCÍA BERLANGA


Fue un talento. Un anarquista inconstante. El hombre culto que descendía a la aldea provinciana a descubrirles que 2x2 era una fórmula que los norteamericanos resolvían de un modo más complicado, con logaritmos y dibujos raros en el pizarrón de la escuelita de paredes descascaradas.

Fue el amigo de Rafael Azcona, se admiraron uno al otro, se ayudaron uno al otro, en el altar del cine. Era el hombre que se burlaba de la guerra, como corresponde: con una sonrisa amarga e interrogándose: “¿Hay algo más absurdo que la guerra?”.

Se fue de este mundo efímero, fantásticamente cruel, con el deber cumplido (a lo mejor sin saberlo) y observando al género humano: dispar, santo y disoluto, valiente y cobarde, resignado por el amor y atormentado por las lejanías del terruño amado o de los seres queridos.

Porque Luis García Berlanga fue eso y mucho más que el pobre lenguaje no logra explicar su importancia en este cosmos complejo cuyo orden trató de indagar sin rendirle pleitesía, odiando a los autoritarios de diestra y siniestra, lamentándose por la ignorancia de los humanos y por esa ambición que nos desvela hasta no poder ver a nuestro alrededor.

Nació el 12 de junio de 1921, en Valencia, Comunidad Valenciana, un lugar de su amada España, un sitio del complicado mundo que le tocó vivir.

Su último filme fue un corto (13 minutos) “El sueño de la maestra” (2002) estrenado en Madrid en 20 de diciembre del año en que lo realizó. Es casi seguro que en la Argentina no lo conoceremos, salvo que algún valiente se anime a exhibirlo en una función para amantes del cine.

París Tomubuctú” (1999) fue su último largometraje, exhibido hace unos meses por la señal de cable Europa Europa, una diadema en el ritual de la programación local. Era un filme imperfecto, pero con las señales del maestro: irreverencia, desplantes a las instituciones, pícaro, mujeriego y sobre todo enemigo del aprendiz de brujo que desoye el mensaje del deber.

En Buenos Aires, su nombre se difundió con “Bienvenido, Mister Marshall” (1953), estrenado en un par de cines de la hispánica Avenida de Mayo dedicados a la difusión de las novedades españolas. En plena era franquista García Berlanga se burlaba cariñosamente de los habitantes de un pueblito (presididos por una partiquina sevillana, Lolita Sevilla, y un anciano desorientado de todo y por todos (un maravilloso José Isbert) que esperaban la ayuda de USA para salvarse de la pobreza y sumarse a la carroza del progreso. El final borraba todo el jolgorio desplegado. La realidad se imponía: ¿qué podía importarle el Plan Marshall un pueblito perdido a la vera de un camino lleno de pancartas con los colores de la bandera de los Estados Unidos? Cruel, sardónico y tierno García Berlanga repetía la receta con su “Calabuig” o “Calabuch” (1956), que mostraba a un sabio norteamericano (el inolvidable Edmund Gwenn) perderse –feliz y auténticamente libre- en una localidad pueblerina donde la primitivez y el desconocimiento nuclear habían sido su motivo de vivir para que otros mueran. Maravilloso filme, que ninguna cinemateca argentina logra presentar para admiración de los jóvenes de esta actualidad de Harry Potter y maniqueos burladores familiares con un vaso de esperma donado a la mejor postor neoyorquina.

Luego “Los jueves, milagro” (1957), su trascendente “Plácido” (1961), el episodio de “Las cuatro verdades” -alumbrando la mediocridad de los otros tres segmentos- en 1962, y su obra maestra “El verdugo” (1963) osadía protagonizada por un soberbio Nino Manfredi representando al sucesor del encargado de dar el golpe de gracia de la pena capital establecida en España obligado por los apremios de la miseria.

Vendría el francés Michel Piccoli muriendo de amor por una muñeca artificial en “Tamaño natural” (“Grandeur nature”, 1974) –prohibida largo tiempo en la Argentina- donde se burlaría de “lo normal” y de “las leyes del amor” que el corazón establece aunque el origen esté en complejos freudianos.

Llegaría su obra maestra, “La escopeta nacional” (1978), nunca exhibida en nuestro medio, censurado por horrorizados estetas del prejuicio y el falso apostolado que se comunica directamente con el teléfono de Dios. Es una película descarada hasta la grandeza, atrevida hasta superar los límites del fanatismo, audaz hasta derrumbar los muros antiquijotescos que asustaban al Caballero y a su escudero.

Otros títulos poblaron su magnífica filmografía. “La vaquilla” (con guión de Azcona) con Alfredo Landa y José Sacristán, fríamente recibida por un público argentino desinformado y más cercano (año 1985) a las desventuras sexuales de europeos y norteamericanos castigados por Vietnam.

No hemos visto su aplaudido “Todos a la cárcel” (1985) con José Sacristán. La aventura que significa recorrer videoclubes tal vez permita lograr el honor de admirarla.

El 13 de noviembre a las 3:42 abandonó esta tierra Luis García Berlanga. El Alzheimer fue el culpable. No interesa, ni conviene detenerse. Su Valencia (amada) lo debe estar despidiendo con un silencio orgulloso. Los españoles con una sonrisa admirativa. Los que amamos al cine, como un abrazo fuerte, muy fuerte.

Aprendimos mucho con Usted, maestro.


Hernando Harb

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