EL LEGADO de Bernard Émond - Hernando Harb

miércoles, 10 de noviembre de 2010 en 16:34




















EL LEGADO

de Bernard Émond

Título original: La donation (*)

Origen: Canadá, 2009

Género: Drama

Hablada en francés e inglés

Dirección y Guión: Bernard Émond

Producción: Bernardette Payeur

Música original: Robert M. Lepage

Fotografía en colores: Sara Mishara

Montaje: Louise Coté

Intérpretes: Elise Guilbault (Jeanne Dion) – Jacques Godin (Yves Rainville) – Angèle Coutu ( hermana del Dr. Rainville) – Manon Miclette (Manon) – Eric Hoziel (Pierre Grégoire) – Aubert Pallascio (Gilles Roberge)

Duración original: 95’

No estrenada en la Argentina


Es un filme acerca del dolor. El físico (que nos degrada el cuerpo) y el otro (que nos hace desfallecer en nuestro interior).

Trata sobre la muerte, la soledad y nuestra posible misión en un mundo con/sin Dios.

En el medio está el paisaje, como protagonista central. El relato se inicia con el doctor Rainville observando (de espaldas) el conjunto de árboles agitados por la brisa. El escenario campestre del pueblito de la localidad canadiense de Normétal será mostrado de acuerdo al estado de ánimo de los personajes (protagónico o no) y hasta de la paz o la desgracia que sobrevuela historia. Tal es la importancia que juega y que Sara Mishara fotografía de maravillas.

Bernard Émond (guionista celebrado y director de éste, su quinto filme) mantiene el compás de una sonata compaginada y ejecutada por un soberbio elenco y excepcionales técnicos. Es el compás de los latidos del corazón que sobrevive hasta que huya el día, de cualquier modo, a cualquiera de nosotros en el momento imprevisible de los estertores.

Ese diestro compás marcado por Émond permite que su ejecución no admita gritos (pero sí sollozos acallados por un abrazo), estruendos emocionales (pero sí las consecuencias), despedidas (bañadas del rocío del silencio o de la nieve que anuncia la llegada del invierno).

El doctor es un extraordinario hombre, el único médico de un pueblo que está deshabitado por el cierre de la más importante fuente de trabajo: la actividad minera). Decide jubilarse y pide un suplente temporario hasta un acostumbramiento). El arribo de una médica (una estupenda Elise Guibault) inicia una relación de aprendizaje de la profesión en la casi abandonada ciudadela y del conocimiento necesario para servir al único que necesitamos: el prójimo, quien a su vez requiere de nuestra ayuda. Los otros y uno. Uno y los otros. He ahí la clave, explicará sin palabras, el maravilloso doctor.

Quien resume la intensión de la historia, tal vez, sea la hermana del galeno, la madura Gaétane, decidida a tomar los hábitos: “Yves siempre decía que los hombres somos niños malcriados y enfermos. Nos trataba como se trata a un niño. No hay otra forma de acercarse a los humanos, esos desvalidos. Él se declaraba ateo, pero estoy segura de que Dios lo va a recibir con los brazos abiertos”, pronuncia desde el altar luego de una misa donde concurren (pocos) creyentes y (pocos) agnósticos. Es un pueblo solitario. Tanto que hay un solo panadero que amasa el pan toda la noche acompañado de la música de Beethoven. “Si yo no vendo el pan de cada día, ¿quién lo hará en este pueblo?”, explica y se interroga este ex estudiante de Historia dispuesto a reemplazar a su padre en el negocio, aunque el arrepentimiento lo abruma por momentos. Un personaje fascinante que entablará una cálida relación con Jeanne, la doctora, indecisa de quedarse y retornar a Montreal.

La galería de personajes es numerosa: la siempre durmiente anciana e inquilina del hospital que ha sido la mujer más hermosa de Normétal; la otra que taciturna lee y espera el invierno último; la mujer que agoniza y no quiere dejar a sus dos pequeños hijos con el hombre que los abandonó al descubrir que su mujer –de quien abusaba- padecía de cáncer; la muchacha de 16 que solicita la receta para un aborto en un país en que está legalizado; el patán prepotente que evade su soledad en el bar donde expenden drogas; la ayudanta, testigo de las luchas (las externas y las otras), y está el sexagenario millonario que envía su helicóptero en busca de atención médico porque necesita conversar con alguien luego de haberse golpeado el cuerpo en una caída (¡oh, indomable inconsciente!) debida a su beodez y a su negativa a tomar sus mediamentos.

En fin, la lista es maravillosamente grande. Pero cada personaje se remite a un solo mensaje: nuestras vidas vulgares y efímeras sólo se justifican si vamos en ayuda del otro, eser otro que –como dice el sacerdote en su sermón- puede hacernos daño pero al que debemos perdonar porque nosotros también hemos lastimado a alguien.

Quien escribe estas líneas contemplando el afiche de este bello filme sintió una inquietud de estar viendo algo ya conocido: el rostro de Jeanne sonriente y (sobre todo) el laberíntico paisaje detrás de ellas remite a La Gioconda. No es una fatua comparación. Surgió, sorpresivamente. Es que de haber en la obra de Émond algun dato que remita a la obra de Leonardo. La médica, que se nos presenta sin pasado, tiene alguna clave que justifica tal vínculo… Felicitaciones para quien pueda detectarlo.


Hernando Harb


(*) “El legado” o “La donación” fue exhibida los festivales de cine de Locarno (Suiza) –mereció un premio-; de Toronto - obtuvo otro lauro- , en el Pusan International Film (Corea del Sur), en el Vienna International Film Festival (Austria), el en Festival de Cinéma du Québec à Paris, en el Göteborg International Film Festival (Suecia), y en los certámenes estadounidenses de Santa Barbara y el Stony Brooks. Todos celebrados en el año 2009.


ANONIMA UNA MUJER EN BERLIN de Max Färberböck - Arnaldo H.Corazza

en 15:48

















ANONIMA: UNA MUJER EN BERLIN
de Max Färberböck

ELENCO: Nina Hoss Anónima,Yevgeni Sidikhin Mayor Andreij Rybkin,Irm Hermann Viuda,Rüdiger Vogler Eckhart,Ulrike Krumbiegel Ilse Hoch,Rolf Kanies Friedrich Hoch,Jördis Triebel Bärbel Malthaus,Roman Gribkov Anatol,Juliane Köhler Elke,Samvel Muzhikyan Andropov,Viktor Zhalsanov hombre mongol,Aleksandra Kulikova Masha,Oleg Chernov Erster Vergewaltiger,Anne Kanis Flüchtlingsmädchen,August Diehl Gerd,Rosalie Thomass Greta Malthaus,Sandra Hüller Steffi,Erni Mangold Frau Achtzigjährige,Sebastian Urzendowsky soldado Junger,Hermann Beyer Dr. Wolf,Ralf Schermuly Buchhändler,Isabell Gerschke Lisbeth,Aleksandr Samoylenko Petka,Eva Löbau Frau Wendt,Evgeny Titov Volodja,Louis Schuchmann Felix,Catharina Schuchmann Frau Binder,Tomasz Leszczynski Grisha,Dmitri Bykovsky Sibiriak,Yvo Rene Scharf Ivan – soldado ruso,Stella Kunkat Lenchen Hoch,Maksim Konovalov joven Zündapp,Olgierd Lukaszewicz Buttermann

FICHA TÉCNICA

CONSTANTIN FILM presenta una producción GÜNTHER ROHRBACH / CONSTANTIN FILM

Director: Max Färberböck

Guión de: Max Färberböck en colaboración con Catharina Schuchmann

Basado en los diarios anónimos titulados ANONYMA, publicados originalmente por Eichborn Verlag

Productores: Martin Moszkowicz, Günter Rohrbach, Bernhard Thür

Productores ejecutivos: ZDF Caroline Von Senden, Tempus Jacek Gaczkowski y Piotr Strzelecki

Casting: Simone Bär

Compositor: Zbigniew Preisner

Supervisión musical: Pia Hoffmann

Mezcla: Martín Steyer

Banda de sonido original: Manfred Banach

Diseño de sonido: Christian Conrad

Director de fotografía: Benedict Neuenfels

Montaje: Ewa J. Lind

Diseño de producción: Andrzej Halinski, Uli Hanisch

Decorados: Manfred Lohmar

Diseño de vestuario: Lucia Faust

Maquillaje: René Jordan, Anette Keiser

Una mujer sin nombre (Nina Hoss) mantiene un diario cuando los rusos invaden Berlín en la primavera de 1945. Ella está en sus tempranos 30, una patriótica periodista con credenciales internacionales. Su esposo, Gerd (August Diehl), un escritor, es un oficial en el frente ruso.Ella a su vez, habla ruso y durante uno o dos días se mantendrá a salvo pero luego las violaciones comienzan. Se resuelve a tomar el control de su destino, para lo cual consigue las atenciones de un mayor ruso, Andreij Rybkin (Yevgeni Sidikhin). El se convierte en su protector para toda clase de presiones que provienen de sus propios soldados y oficiales. Varios dramas acontecen en el edificio donde ella vive.

Esta basado en un diario escrito por una mujer alemana, periodista, que se publico a fines de la decada del 50 en Alemania y escandalizo, por su contenido a los alemanes de su epoca. Sostenian que difamaba a la mujer alemana. Su autora prohibio cualquier otra publicacion. El film es interesante, con un alto contenido dramatico, y relata los abusos que sufrieron las mujeres alemanas por los soldados rusos, y todo el proceso que debieron transitar para sobrevivir. Nina Hoss la protagonista Anonima, consigue los favores de un mayor ruso, culto, que le permitira conseguir proteccion, para ella y otras mujeres con las que convive, y establecer una relacion afectiva compleja, dificil de definir. La pelicula esta bien filmada, y es muy buena la actuacion de Nina Hoss -la protagonista- y la de Yevgeni Sidikhin -elmayor ruso-. Es un relato de la lucha por la supervivencia de la mujer alemana, en momentos de finalizar la guerra y con el ejercito sovietico ocupando Berlin. La narracion es excelente, y accede a momentos muy emotivos sobre el final del film. No realiza ninguna evaluación moral, solo describe el sufrimiento de esas mujeres. Muy recomendable


Puntos de 1 a 5: 4 puntos

ARNALDO H.CORAZZA

LA REDADA de Roselyne Bosch - Hernando Harb

en 7:36













LA REDADA

de Roselyne Bosch


Título original: La rafle, 2010

Origen: Francia – Alemania – Hungría

Hablada en francés – alemán – yiddisch

Género: Drama histórico

Dirección y guión: Roselyne Bosch

Productor: Alain Goldman

Productor adjunto: Jean-Robert Gibard

Música: Christian Henson

Fotografía en colores y blanco/negro: David Ungaro

Montaje: Yann Malcor

Intérpretes: Jean Reno (Dr. David Sheinbaum) – Mélanie Laurent (Annette Monod) – Raphaëlle Agogué (Sura Weisman) – Gad Elmaleh (Schmuel Weisman) – Hugo Leverdez (Jo) – Simon Zygler (Oliver Cywie) –Roland Copé (Mariscal Pétain)

Duración: 115 minutos

No estrenada en la Argentina


“No, el 14 de julio no es el día apropiado”, comenta un militar francogermanófilo. “Mejor que sea el 16” , propone.

Así fue. El 16 de julio de 1942 policías y gendarmes franceses siguiendo las órdenes del colaboracionista Mariscal Pétain -quien firmó un armisticio con Hitler y aceptó la ocupación alemana de su país- detienen a 13.152 judíos en una redada cumplida en un barrio humilde de París. Preveían una mayor cantidad: cerca de 30.000.

Mujeres, niños, ancianos y hombres son trasladados a un velódromo que oficiaría de congelador a la espera de trasladarlos en trenes a los campos de concentración y de allí enviarlos al crematorio. Así, de detestablemente fácil.

El segundo filme de la habitualmente guionista (en este caso también lo es) Roselyne Bosch se ocupa de ese histórico hecho, degradante para los franceses. El anterior título lo realizó hace cinco años y se llamó “Animal”. Desconocido en nuestro medio.

La redada” está correctamente dirigida, con una fotografía impecable (incluye al principio escenas documentales del ingreso de Hitler y sus acólitos a la vacía capital francesa), una música sentimental (con canciones de los ’40) y un montaje ajustado. Si Bosch falla es en su guión, mechado de golpes bajos, de un recato inconcebible en las escenas más ásperas y lleno de detalles ingenuos (el muñeco del niño abandonado en la estación, el ramo de florecillas salvajes recibido por un gendarme francés de manos de una niña camino al crematorio).

Hay una toma que provoca escalofríos: el primer plano y posterior zoom del velódromo fotografiando a miles de seres que piden a gritos por un poco de agua con sus latas vergonzosamente vacías (“Para qué les vamos a calmar la sed si total…” alega un soldado antes de que otro ordene a unos bomberos llenar las tacitas). Pero lo vibrante de la secuencia se debilita de inmediato: el médico judío sionista (a cargo de un correcto Jean Reno) está delineado con trazos gruesos al igual que su enfermera protestante (una desorientada Mèlanie Laurent), y ni qué hablar del perfil de los chicos dignos de una comedia campestre. Entiéndase bien: no se pide un muestrario de escenas fuertes, pero tampoco un montón de secuencias suavizadas por la bondad resignada de las víctimas y el arrepentimiento de crueles victimarios.

Hay personajes dignos de mejor atención: el del trotskista y su esposa que no sabe hablar muy bien francés, pero se quedan en viñetas dibujadas tenuemente. El ejemplo más demostrativo es el suicidio de una mujer antes de ser detenida en la redada barrial, la cámara esconde el cuerpo como para no mortificar al espectador sensible amortiguando el dramatismo con un empalme de la muerta sobre la acera algo ensangrentada. Es apenas un tibio enfoque de un hecho estremecedor que termina por no alarmar ni provocar al espectador, algo necesario para seguir la vorágine de los acontecimientos pergeñados por paranoicos dominados por un clic hecho en su imaginario colectivo.

Es una lástima. La película hasta muestra unas cuantas intimidades del dictador alemán mal insertadas (unos chicos felices comen un muñeco de chocolate que representa a Hitler y que éste se los obsequia con un paternalismo ridículo), y evade toda escena de homicidios colectivos reemplazados por la fuga de dos niños de una campo de concentración poco creíble.

La Bosch guionista es de una mediocridad pasmosa. La Bosch directora promete futuras comedias livianas con la voz de la Piaf como fondo y en las que se mezclen parejas de amantes en un vaudeville modernizado, claro.

En fin, una oportunidad desperdiciada para retratar un suceso histórico que degrada al hombre.

Como tantos.


Hernando Harb

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