Argentina – Uruguay, 2009
Género: Documental
Distribución internacional: Lions Gate Films
Dirección: González Arjón
Producción: Marc Silvera
Productora: Cinematográfica César Charlone – Pablo Hernán Zubizarreta
Fotografía: Blanco/Negro y color
Idioma: Castellano
Intérpretes: Los 16 sobrevivientes: José Pedro Algorta • Roberto Canessa • Alfredo Delgado • Daniel Fernández Bobby François • Roy Harley • Coche Inciarte • Álvaro Mangino • Javier Methol Carlos Páez • Nando Parrado • Moncho Sabella • Fito Strauch Eduardo Strauch • Tintín Lucas Zerbino Payssé • Martín Zerbino Payssé -Sebastian Zerbino Payssé Vizintín • Gustavo Zerbino.
Y José Gilberto Bravo Castro • Laura Inés Canessa • Antonio Caruso Juan Catalán • Sergio Catalán • Jorge Massa • Juan Pedro Nicola Mateo Nicola • Carlos Páez Vilaró • Madelón Rodríguez • Alejandra Strauch Gustavo Zerbino Payssé •
Duración original: 127’
Estreno en el Uruguay: 15 de octubre de 2009
Duración del DVD distribuido en la Argentina: 105’
Calificación: Sólo para mayores de 13 años
Excelente filme documental sobre un trágico episodio del avión F27 caído en la Cordillera de los Andes , que viajaba con destino a Santiago de Chile con cuarenta y cinco pasajeros, en su mayoría rugbiers con el propósito de representar a su país, la República Oriental del Uruguay, en varios partidos.
La película, mediante un estratégico montaje, combina hechos reales filmados por la prensa del mundo (partida, llegada de los 16 pasajeros que vencieron a la muerte) con filmaciones y fotografías de los desesperados sobrevivientes del episosio inscripto en el imaginario
Coplectivo. En el medio reproduce declaraciones de los viajeros de entonces, ya casados, acompañados algunos de sus esposas e hijos, reunidos la fecha de la caída para rezar y, en una humilde ceremonia, rememorar a sus seres queridos y a sus compañeros y camaradas de equipo.
El resultado es estupendo. La veracidad de las imágenes impactan al espectador. Es más, el desarrollo de la tragedia –con todos sus pormenores, incluidos detalles comentados desde diferentes puntos de vista en su momento- no evade el mecanismo del suspense, o sea la sensación permanente de desconocer el epílogo y revivir las situaciones como si se tratase de un auténco filme de ficción.
El comparar esta “Sociedad de la nieve” con una versión estadounidense de 1993 titulada “¡Viven!” -dirigida por el artesano Frank Marshall y basada en un oportunista best seller- es una demostración de la distancia existente entre la honestidad y la malicia de ma major de USA.Ni qué hablar si osáramos referirnos a otra versión mexicana de penoso recuerdo y de fugaz trayectoria.
La historia iniciada a la madrugada del 12 de octubre de 1972, cuando ascienden en un avión pequeño 45 seres que no saben que comienzan a inscribirse en una de las páginas más penosas de la historia de las tragedias mundiales, es vista con una mesura inédita en este tipo de transcripciones a la pantalla. La que continúan con los pesares vividos por los jóvenes deportistas del Old Christians, que tras una escala en Mendoza se estrelló en la blancura andina, sólo sobreviviendo del impacto 29 que habrían de vivir una odisea de llanto donde las decisiones a tomarse se debaten en medio de la naturaleza amenazante y el espíritu cristiano.
Cuando Fernando Parrado y Roberto Canessa se topan con un arriero, el espectador asiste a un momento en que la película combina la emoción de un western y la belleza de una historia casi mística a pesar de contemplar los cuerpos famélicos de 16 seres que supieron hacer del esfuerzo una herramienta creada con la fe y el estoicismo.
Gran trabajo dedirector argentino nacido en Montevideo Gonzalo Arijón quien ha cumplido con una tarea minuciosa digna de incorporarse a un volumen de historia. Los 72 días padecidos por la gente del Fairchild F-227 no creemos que pueda ser transcripta con mejor idoneidad que la de este prometedor realizador de una película aplaudida en numerosos festivales. Con mencionar la ovación recogida en el Festival de Sundance basta para recomendarla.
No se van a arrepentir y es inevitable aclarar que evade los golpes bajos, sin evitar con puntillosa serenidad los instantes más riesgosos de transmitir al gran público.
Hernando Harb
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