THE SHADOW IN THE NORTH
de John Alexander
de John Alexander
Título original: “La sombra en el Norte” Género: Policial Reino Unido, 2006/7 Hablada in inglés Dirección:John Alexander Guionistas: Adrian Hodges – Roman Van Philip Pullmann Novela de Roman Van Philip Pullmann Producción: Kate Bartlett Música: John Lunn Fotografía en colores: Adam Suschilzky Montaje: Roy Sharman Productora: British Broadcasting Corporation (BBC) Intérpretes: Billie Piper (Sally Lockhart) – J.J. Field (Fred Garland) - Owen Roe (Bram Stocker) – Georgia King (Lady Mary) Duración: 94’ No exhibida en la Argentina Calificación del dvd: no recomendable para menores de 18 años
Uno termina por convencerse. No hay caso. Varios meten la mano en la dirección de un filme y los rsultados son tan dispares como en este alarmante caso de una policial ubicada a mediados del siglo XIX en una Londres brumosa, con gente que espía desde carros, teatrillos llenos de humo, regordetes empresarios teatrales, damiselas llorosas por motivos de amor y sus variantes, damas chismosas y algunas tramposas, y miradas melancólicamente detectivescas al peor estilo de Sherlock Holmes. La presentación (un crimen en un campo filmado a la lejanía y cubierto por una niebla tan espesa que apenas se pueden distinguir las siluetas) es interesante. Hay una voz femenina en off que repite palabras sueltas (parecen versos, hay una -campanas- que no termina por comprenderse dentro del confuso texto) y un gritos femeninos de terror. Acto seguido: curiosa fiesta matrimonial entre una morena linda y un clérigo negro, el fotógrafo de la fiesta es el hermano de la recién casada, un tipo aficionado a las tareas detectivesca enamorado rechazado por Sally, una rubia hermosa ocupada en negocios bursátiles (hay mujeres para todo en todas las épocas, quien lo pone en duda es un desdichado aspirante a la inmortalidad). Brindis va, brindis viene, el fotógrafo Fred se muestra muy amigo de un aspirante a novelas de vampiros (lo rechaza un editor que se llama Bram Stocker, un chiste carente de sutileza). Ambos se enteran de un supuesto asesinato (¡muy bien! Es el que se vio en el prólogo, pero la informante es una parapsicóloga negra medio tramposa que cae en una de sus visiones intempestivas. El asesinado es uno de los dueños de una sociedad rusa que ha estafado a una cliente de…Sally. Ya esta la acción lista. Pero la cubre tanta verborragia que convierte al espectador en lector de una novela de Agatha Christie, una mujer que sabía de acertijos pero poco de literatura. Contar lo que ocurre es aburrido. Al asesino se conoce a los quince minutos: un tal Axel Bullman, a quien basta con verle la cara para no leer el prontuario y saber que criminal como él hay pocos. Lo protegen un par de guardaespaldas que lucen sombreros tipo hongos y que cumplen las órdenes con la suerte de Monsieur Clouseau. Baste con decir que hay un mago que dice ser perseguido, una jovencita al borde una inesperada bigamia, una comparsa de miembros de la alta sociedad, gente que corre para no ser alcanzada y una extensa explicación final que confunde en vez de aclarar el estado de la legalidad del asunto. El filme está hecho con fines televisivos (por y para la BBC), tiene una fotografía rutinaria, un montaje espantoso y una música que ni se nota. El dvd ha sido calificado no apto para menores de 18 años (lo que introduce uno de los misterios dignos de Agatha). Y se sospecha que el relato forma parte de otros protagonizados por el personaje de Sally Lochkart, quien es muy rubia, muy linda, pero de una gelidez capaz de enfriar a un habitante de una isla desierta harto de subirse a los cocoteros. En definitiva: por ahí uno lee que el coguionista Roman Van Philip Pullman, autor de esta sombra en el Norte es un escritor popular londinense. Después de ver esta película uno jura no leer ningún libro que lleve su firma.
Hernando Harb
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