ROPAS LIMPIAS, NEGOCIOS SUCIOS de Stephen Frears- HERNANDO HARB

domingo, 29 de agosto de 2010 en 17:32




















ROPAS LIMPIAS, NEGOCIOS SUCIOS (1)

de Stephen Frears


Título original: “My Beautiful Laundrette”

Origen: Inglaterra, l985

Director: Stephen Frears

Guión: Hanif Kureishi

Libreto: “My Beautiful Laundrette” de Hanif Kureishi

Productores: Sarah Radclyffe – Tim Bevan

Hablada en inglés y en urdu

Fotografía en colores: Oliver Stapleton

Montaje: Mick Audsley

Escenografía: Hugo Luczye Wyhowski

Sonido:Albert Bailey

Música: Ludus Tonalis

Maquillaje: Elaine Carew

Intérpretes: Daniel Day-Lewis (Johnny) – Richard Graham (Genghis) – Derrick Branche (Salim) – Gordon Warnecke (Omar) – Rosah Seth (Papá) – Saeen Jafrey (Nasser)- Shirley Ann Field (Rachel) – Charu Bala Cholksi (Bilquis) – Souad Faress (Cherry) – Rita Wolf (Tania)

Estreno en la Argentina: 19 de junio de 1986

Duración en la Argentina: 97’

Duración original: 98’


Es el primero del cuarteto de filmes que el director británico Stephen Frears rodó para atacar la política thatcherista. Lo hizo con una convicción e iracundia no sólo propias de su juventud sino con el talento de un realizador dispuesto a ir más lejos aún: destacarse como un antimonarquista que emplea la cámara para plasmar su ideología y estimular a los que lo comenzaban a admirar a seguir sus premisas.

“Inglaterra”, dijo este hombre oriundo de Leicester, debe aprender a ser una democracia sin deidades, donde las razas no se enfrenten para poder convivir en paz y las clases sociales se clasiquen de manera que la libertad de trabajo no sea prohibitiva para tanta gente inglesa o de otros continentes que vienen a refugiarse en nuestra England que se proclama democrática”.

Ropas limpias, negocios sucios inició su etapa de rebeldía inclemente, pero sin abandonar la ternura y la solidaridad como vínculos entre personajes que miran al futuro.

Corría 1985 y al leer el primer guión del novelista Hanif Kureishi -madre inglesa, padre paquistaní-un dudó en aceptar la oferta que le hacía Howard Davies -un director de la Royal Shakespeary Company- de filmar My Beautiful Laundrette. Propuso cumplir su tarea en menos de cuatro meses -de noviembre a febrero- ante el estupor del sensible y timorato escritor Kureishi.

Lo consiguió.

Se rodaron dos horas y cuarto (Frears se caracteriza por ser excesivo en la mayoría de los órdenes de la vida). Decidieron proyectarla en privado ante “entendidos” (directores, productores, guionistas, adaptadores, actores, actrices entre las que se destacaba Julie Dench). Se votó por unanimidad: se cortaron cuarenta y cinco minutos. El único sufragio ausente fue el del novelista, admirado por los resultados de su primer guión escrito a los apurones en una ciudad que su madre amaba en Paquistán.

Ropas limpias, negocios sucios (tal es título como se la conoció en la Argentina) se presentó por vez primera en el otoño de l985 en el Festival de Cine de Edimburgo. Fue recibida con aplausos unánimes Se estrenó el 15 de noviembre en el Festival de Londres y al día siguiente se produjo su lanzamiento en las salas comerciales de la capital inglesa.

El suceso se imponía por decreto: la audacia temática, el mensaje directo y sin eufemismos mediadores para consolar inquietas conciencias, alguna escena infrecuente como el apasionado beso de los jóvenes socios de la lavandería –un inglés y un paquistaní-, los problemas clasistas entre nacionales y foráneos, y los que repercutían entre los mismos hablantes en undú, fueron varios de los motivos que atrajeron a un público incitado a debatir con libertad los problemas cruciales que acicateaban la convivencia en la burocrática Inglaterra.

El éxito se repitió en la Argentina. Tal vez las motivaciones del éxito no fueron similares con exactitud. Pero no diferían demasiado. La corruptela como medio de ascenso hasta para explotar a sus connacionales, la actividad de los despojadores de viviendas habitadas por los equivalentes a nuestros ocupas, la homosexualidad interracial, la liberación femenina fueron acicates para que el nombre de Frears saliera a la palestra en Buenos Aires.

El filme es cortante, seco, planos/contraplanos amenazantes o presagiando acercamientos conciliatorios, un montaje exacto y nada represor, fueron los que convirtieron a esta lavandería llamada al comienzo ChurchillsFrears (por supuesto) y el de Daniel Day- Lewis (en el rol del ex barrabrava Johnny), un actor que ganara un merecido Oscar por su caracterización del parapléjico den la biográfica Mi pie izquierdo. (con una ese final para “disimular” la (no) recatada ironía en un comentado filme que provocara dos lanzamientos en la culta Buenos Aires: el de

Convendría que esta obra se reditara en DVD. En especial, en su versión completa.


HERNANDO HARB

(1) El comentario de labiografía y del primer guión de Hanif Kureishi figura en el blog, en la sección de literatura.

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