EL LIBRO DE LOS SECRETOS
Título original: “The book of Eli” Género: Acción Dirección: Allien y Albert Hughes Guión: Gary Whitta -Anthony Peckham Producción: Joel Silver – Susan Downey – Eric Olsen – Andrew Kosovo Coproductor: Denzel Washington Distribuidora: Warner BROS/ Sony Pictures Montaje: Cindy Mollo Fotografía (en colores): Don Burguess Música: Atticus Ross Intérpretes: Denzel Washington (Eli) – Gary Oldman (Carnegie) –Mila Kunis (Solara) – Jennifer Velas – Malcolm Mcdowell. Frances de la Tour – Tom Waitts Michael Gambon Fecha de estreno en la Argentina: 18 de marzo de 2010 Duración: 110’ Calificación: Sólo para mayores de 16 años
El mundo se ha destruido. Treinta años después del Apocalipsis sobreviven dos clanes (uno en el Este, otro en el Oeste). Sí, parece otra del fin del mundo. Pero no, los hermanos Hughes no frecuentan el ámbito de los lugares comunes. Son lo suficientemente inteligentes como para utilizar un relato acerca de la destrucción de la humanidad y la supervivencia de unos pocos para concebir una metáfora de la necesidad de Dios que el hombre necesita para proseguir su misterioso devenir. El profeta, personificado estupendamente por Denzel Washington, que deambula por tierras yermas, alimentando piadosamente alguna rata hambrienta y combatiendo pandillas que lo asaltan en carreteras con fines de robo, guarda en su mochila el Libro de los Libros, un volumen misterioso que debe entregar a los que merecen ser sus lectores. No hay dudas: el caminante protege el último ejemplar de la Biblia, en un mundo donde casi nadie sabe leer. Es un ser con una misión y que susurra versículos como respuestas y reniega de tentaciones a su paso sabedor de que el Arquitecto del Universo es misericordioso. Los Hughes no se extravían en un libretos de catacumbas ni de profecías salvadoras de elegidos. Optan por la sutileza que no evita (al contrario la remarca) relacionarla con el fuego donde los autoritarios quemaban libros en la ficción inmoladora de Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Al contrario, Eli, tal el nombre del transitorio dueño de las páginas sagradas, es pariente de los seres que habitan el universo de los memoriosos parlantes que poblaban el famoso relato bautizado con la temperatura a la que se quema el papel. Magnífica película fragmentada en dos partes marcadas no sólo por el guión sino con la complicidad de Don Burguess, un fotógrafo imaginativo que altera hasta el color del océano y modifica las expectativas de las miradas (desprotegidas de simbólicos anteojos negros) para respetar el código de los directores, recurrentes infaltables al Dios en el que habita el Bien y el Mal entablando un ajedrez eterno. Las proezas montajísticas y la desconcertante banda musical son dos logros nada menores para este Libro repleto de alusiones literarias y de inestimables claves obtenidas del valor espiritual y físico de un hombre que hasta sabe cómo enfrentar a una pareja de ancianos simpáticos que se alimentan de carne humana. Las actuaciones son exactas desde un Gary Oldman tiránico hasta una Jennifer Beals como una madre que padece una ceguera desde su infancia emparentada con algún libro de José Saramago (su mal físico adquiere una representación de victoria tramada por Alguien que ha cambiado la apariencia de su corte de arcángeles). Dato a considerar: la participación de Malcolm McDowell (de cabellera blanca, protector del Cisne de Avon y de la Enciclopedia Británica) y del inefable Tom Waitts. En síntesis: una de los Hughes para no perdérsela. Es una pena que su estreno en la Argentina se conociera con el título de El libro de los secretos, subtítulo de la zaga de La leyenda del tesoro perdido, una de esas tonterías que Nicolas Cage anima para dinamitar la cartelera de atracciones de las vacaciones infantiles.
Hernando Harb
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