EL POLAQUITO
de Juan Carlos Desanzo
de Juan Carlos Desanzo
Ficha técnica:
Título: El polaquito -Título original: El polaquito - Dirección: Juan Carlos Desanzo País:Argentina -Año: 2003 - Duración: 92 min. - Género: Drama - Reparto: Abel Ayala, Marina Glezer, Fabián Arenillas, Fernando Roa, Rolly Serrano, Víctor Hugo Carrizo, Osvaldo Sanders - Asistente de producción: Christian Blanco - Dirección: Juan Carlos Desanzo Dirección artística: Mariela Rípodas - Fotografía: Carlos Torlaschi - Guión: Juan Carlos Desanzo, Lito Espinosa - Montaje: Sergio Zottola - Música: Martín Bianchedi - Producción ejecutiva: Alberto Trigo, Rafael Valentín Pastrana - Sonido: Alexis Stavropulos, Diego Arancibia, Javier Stavropulos, Jorge Lerner, Jorge Stavropulos, Sebastián Sonzogni
Comentario:
El cine argentino, por cierto, no depara muchas sorpresas. A su falta de creatividad, se le une su absoluta falta de identidad, tornandose la producción de films absolutamente prescindibles. Hay honrosas excepciones, pero hay que buscarlas intensamente, y a veces hacia atrás en el tiempo. El Polaquito no es un gran film, pero no podemos incluirlo en la categoría de los prescindibles. Con el oficio del Director Desanzo, va contando la historia real de un chico de la calle. El Polaquito se gana la vida imitando a Goyeneche en los trenes de Plaza Constitución. Desanzo describe correctamente el ambiente de Constitución, la marginalidad, la prostitución, la explotación de los menores con la complicidad funcionarios policiales. El personaje, se enamora de La Pelu, tambien una chica de la calle que es obligada a ejercer la prostitución, y quien quiere salvar de la explotación. En el final, dramático, el Polaquito es golpeado hasta morir, y con su imagen, la vida transcurre en la Estación Constitución como todos los días. La virtud de Desanzo, es mostrar una Argentina, que los propios argentinos no queremos ver, o nos desentendemos. Tambien así le fue al film, que paso sin pena ni gloria por las salas de nuestro país. La virtud de su director, es mostrarnos con crudeza la marginalidad. Los argentinos somos muchísimo mas felices viendo a Shakespeare -lo que no es malo- prefieriendolo a nuestra propia realidad. El film es recomendable, una buena película.
Puntos de 1 a 5: 3 puntos
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