LEGENDARIO
de Mel Damski
LEGENDARIO
Título original: “Legendary”
Estados Unidos, 2010
Género: Dramática/Deportes
Dirección: Mel Damski
Guión original: John Posey
Productor: David Calloway
Hablada en inglés
Fotografía en colores: Kenneth Zurder
Montaje: Peter Hagan
Música: Jeff Toyne
Intérpretes: Devon Graye (Cal Chetley) – Patricia Clarkson (Sharon Chetley) – John Cena (Mike Chetley) – Danny Glover (Harry “Red” Newman) – Courtney J. Clark (Lori)
Duración original: 107 minutos
No estrenada en la Argentina.
Calificación: Sólo para mayores de 13 años
Conviene aclarar que se trata de una historia dramática filmada por un veterano director de series norteamericana, Mel Damski (nació en 1946) y que esta película no tiene otra pretensión que la de entretener, difundir un mensaje solidario y lograr con honestos medios un filme del que van a disfrutar los adolescentes. Póngale la firma. Si “Legendario” se estrena y no se lo confina a la distribución del DVD, los distribuidores cometerán un grueso error (no sólo comercial). Mucho menos con una cartelera repleta de malas películas plagadas de decapitaciones, crímenes minuciosamente descriptos, “juegos de la muerte” rutinarios y demás facilismos que avergonzarían a Roger Corman y a los miembros de la casa Hammer. Ésta es una historia sencilla, lograda cinematográficamente y libre de ingenuidades (a las que el cine no sólo de los EE.UU. es muy afecto para atraer a un público infantil discapacitado mentalmente).
“Legendario” nos cuenta la historia de Cal, jovencito anteojudo y aficionado a la pesca que sufre la burla de sus compañeros escolares por no participar en un certamen de lucha libre, una actividad física que aquí se lleva a cabo con recursos honestos y legales. El chico, habitante de un pueblito obrero (Salisaw, en Oklahoma)) decide participar impulsado por el recuerdo de su hermano ex campeón en el mencionado deporte, el musculoso Mike, que lo abandonó a él y a su madre Sharon por sentirse (injustamente) culpable de la muerte paterna, otro aficionado deportista.
Sí, ya se sabe, nada del otro mundo. Parece cercana a “Karate Kid” o a algún telefime de la tarde.
El guionista Jon Posey no evade lugares transitados por sus colegas, pero les imprime una emoción infrecuente y cierto suspenso que, favorecido por el editor, mantiene un interés nada rutinario.
Los personajes centrales (madre y dos hijos) sufren un distanciamiento afectivo que influye sobre todo en Cal, típico muchacho que se busca a sí mismo y necesita un referente paterno para crecer. El trío establece una ronda de encuentros y desencuentros que terminará por convencerlos de que las auténticas victorias en la vida no sólo se logran en el cuadrilátero olímpico, también están las obtenidas en otros terrenos. A ello contribuye el rol clave del pescador Harry “Red” Newman (el siempre eficaz Danny Glover), quien cierra la anécdota con un mensaje que tocará el corazón y el razonamiento de los espectadores adolescentes.
El guión no rehúye aristas adultas (la adicción al alcohol, las culpas por errores del pasado, el temor al fracaso, los primeros escarceos sexuales) que enriquecen el itinerario interior que se ha trazado Cal para no experimentar la penuria del desplazamiento social.
La acción se desarrolla en varias localidades menores (incluida Tulsa), pero el filme fue rodado en Nueva Orleans, Louisiana, lo que le permite lucirse al fotógrafo. La banda sonora acumula acertadísimas melodías actuales que traducen los vaivenes sentimentales del joven con la desorientada Lori (una encantadora Courtney J. Clark).
Las actuaciones tienen sus picos mayores en el mencionado Glover y en Patricia Clarkson, un rostro maduro adaptable a dispares papeles (fue Judy en “Vicky Cristina Barcelona” de Woody Allen, 2008 y Rachel 2 en “La isla siniestra” de Martin Scorsese, 2010). En cuanto a John Cena, es el morrudo de siempre, muy exitoso en la televisión de su país, esta vez pone más sentimiento que los trasmitidos por sus epopéyicos marines o sus cazadores de bandidos en carreteras repletas de autos último modelo.
Párrafo aparte para el doble T.J.White, al menos para admitir que acapara con su trabajo más de veinte minutos (como mínimo) de los 107 que dura esta historieta recomendada para un público mayor de 13 años y menor de 16. Los adultos no se arrepentirán de ser acompañantes. Van a admitir que no es frecuente toparse en la cartelera con temas ajenos a clases de autoayuda y con un final tan sorpresivo como ejemplificador en tiempos algo farragosos (en varios sentidos) como los actuales..
No será un título merecedor de un Oscar, ni de exhibirse en un festival internacional. Las pretensiones de Mel Damski han sido otras (se nota) y las logra con amplitud.
Hernando Harb
0 comentarios