EL EMBRUJO DE SHANGHAI
de Fernando Trueba
Título original: Ídem
Origen: España – Francia – Reino Unido, 2002
Género: drama, misterio
Idioma: español, catalán
Dirección: Fernando Trueba
Coguionistas: Juan Marsé y Fernando Trueba (1)
Sobre la novela homónima de Juan Marsé
Fotografía en blanco/negro y color (eastmancolor): José Luis López Linares (2)
Dirección artística: Salvador Parra (3)
Dirección de producción: Luis Gutiérrez (4)
Vestuario: Lala Huete (5)
Maquillaje :Gregorio Ros (6)
Música: Antoine Duhamel
Montaje: Carmen Frías
Intérpretes: Fernando Tielve (Dani) – Aída Folch (Susana) – Ariadna Gil (Madre/Chen) – Fernando Fernán Gómez (Capitán Blay) – Jorge Sanz (Denis) – Antonio Resine (Kim) – Götz Otto (Omar) – Feodor Atkine (Michel Levy)
Duración:
No estrenada en
Hay novelas imposibles de adaptar al cine. Por ejemplo, “Finnegans Wake” (de James Joyce, 1939), es más, es imposible de traducir del inglés a cualquier idioma por el cúmulo complejidades lingüísticas y acción que ofrece. Es un caso extremo. Pero hubo algunos directores de cine, arriesgados, que se animaron a empresas en las que el fracaso era inevitable. El inglés Tony Richardson osó filmar “Santuario” o “Réquiem de una mujer” en 1962, cuando la novela de William Faulkner presentaba imposibilidades de toda índole, por más que convocó a Yves Montand para el protagónico. El fracaso fue total.
Osadías como éstas no abundan, pero se dieron: recordar que el inepto Joseph Strick se jugó con el “Ulises” de James Joyce en 1967 es otra nota para un fracaso anunciado. La búsqueda de padre e hijo en el Dublín donde la insatisfecha Molly ensayaba su monólogo interior fue plasmado (es un decir) en una violación al buen gusto y a la mínima imaginación. Otro caso fue el del correcto y, a veces, brillante Martin Ritt con “El sonido y la furia”, por supuesto eliminando el primer capítulo donde un retrasado mental intentaba explicar un drama de incesto y racismo sureño, resultó en vez de “sonido” un completo “ruido” en colores donde Paul Newman era hostigado por una desfalleciente Joan Woodward.
Todo esto viene a cuento porque intentar adaptar algunas novelas del prolífico novelista español (y a vez feliz guionista de cine) es una empresa que decir que ofrece dificultades es apenas una advertencia. Se intentó llevar al cine “Si te dicen que caí” en 1989 y el descalabro fue total por más que Victoria Abril se sacrificara a representar uno de tres papeles en estado de embarazo avanzado e intentando copular de alguna forma aunque el fotógrafo (su marido) estaba presente durante el rodaje.
“El embrujo de Shanghai” es otra historia de Marsé indescriptiblemente inadaptable por más que el novelista se ofreció para coguionarla. Él, admirador del cine como pocos, dilapida referencias cinematográficas acerca del cine estadounidense, y lo hace en clave, juguetea con los nombres de los personajes y con una mezcla de verdad/mentira que sólo el lector puede captar pero un espectador se pierde en un fárrago de alusiones, homenajes y malabarismos que terminan por aburrirlo.
Éste es el caso del filme dirigido por el capaz Fernando Trueba (sí, el de “Belle époque”(1992) y, sobre todo, de “El sueño del mono loco” (1909).
La historia se dividiría en tres relatos correlativos y que se entremezclan. Es la época de los maquis,
La tríada de este “Embrujo de Shanghai” (que, desde el título, alude a conocidas películas norteamericanas a las que se hace referencia en el guión de Trueba/Marsé) es la de un anciano ciego, antifascista, que recurre a un chico como lazarillo para recolectar firmas para un proyecto que no se hace realidad porque
Pero estas explicaciones son apenas atisbos de los propósitos de película, contenidos en el libro original, pero que en imágenes resulta una suma pretenciosa de referencias que podrán hacer felices a cinéfilos y eruditos del cine pero obligará a los que no lo son a abandonar todo intento de entender el objetivo del triple relato.
Abreviando: hay referencias concretas a “The Bread” (“Soborno”, 1941) y a sus protagonistas (Robert Taylor, Ava Gardner, Vincent Price), a Marlene Dietrich, a “Casablanca”, a “Laura” y a varias películas, estrellas y directores norteamericanos.
La mayor inclusión es la de Lana Turner y su famoso drama de la su vida que fue el asesinato de su amante italiano a manos de su hija adolescente. Es tan concreta la alusión que aparecen las tres versiones que el periodismo y alguna novela sensacionalista (de Harod Robbins, “Los profanadores del amor”) se encargaron de trasmitir a través de la prensa mundial. Y no es producto de la imaginación desbordada de quien escribe estas líneas hacer referencias a estos excesos no caprichosos a los que es adicto un amante del cine como Juan Marsé.
Pero asistir a la proyección de este “Embrujo” requiere que se le prevenga con honestidad: por lo menos para intentar aproximarse al contenido complejo que impusieron sus responsables.
En suma, un filme nada fácil, con una actuación de Fernando Fernán Gómez notable y un intento de Trueba por arriesgarse a ser comprendido. Es bastante, pero no suficiente.
Verla corre por cuenta y riesgo de cada uno.
(9) Candidato al Premio Goya 2002 por este filme.
(2) Candidato al Premio Goya a la mejor fotografía.
(3) Ganador del Premio Goya por este filme.
(4) Candidato al Premio Goya.
(5) Ganadora al Premio Goya (muy merecido).
6) Candidata a premio Goya en su rubroHERNANDO HARB
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