NO CONOCES A JACK/DOCTOR MUERTE de Barry Levinson - HERNANDO HARB

miércoles, 28 de julio de 2010 en 19:19














NO CONOCES A JACK/DOCTOR MUERTE

de Barry Levinson


Título original: You Don’t Know Jack Telefilme producido para la HBO Estados Unidos, 2010 Género: Biografía - Drama Dirección: Barry Levinson Basado sobre la novela original de Neal Nicol y Harry Wylie “Between the Dying and the Dead: Dr. Jack Kevorkian’s Life and the Battle to Legalize Eutanasia”. Guión: Adam Mazer Fecha de estreno en la televisión argentina: 25 de julio de 2010 (Canal HBO) Intérpretes: Al Pacino (Jack Kevorkian) – Susan Sarandon (Janet Good) – John Goodman (Neal Nicol) – Brenda Vaccaro (Margo) Duración original: 134’ Duración en la Argentina: 120’ (versión televisiva) Duración del dvd en la Argentina: 98’ Calificación: Sólo para adultos

Jack Kevorkian, médico, armenio, soltero, fue acusado de 130 muertes en 1999. No cumplió la sentencia completa. Vivió ocho años en prisión después de un juicio en el que él se desempeñó como su abogado defensor. La acusación: homicidio. Antes soportó otros juicios pero bajo la carátula de “asistencia a suicidio voluntario”. Un astuto cambio de delito pergeñado por dos abogados republicanos con la anuencia de la derecha católica de los EE.UU. Kevorkian fue conocido como el Doctor Muerte. Su defensa de la eutanasia fue intensa y provocó un revuelo a nivel mundial. Actualmente tiene 82 años y soporta el peso de que muchos lo recuerden como el médico que usaba “su máquina de matar” a pedido de hombres y mujeres con enfermedades terminales o con severos impedimentos físicos para vivir una existencia normal. Todos y todas contaban con la aprobación de sus familiares. El telefilme No conoces a Jack intenta ser una biopic de su lucha por la legalización de la eutanasia, una manera de ayudar a morir cuando al parecer Dios ha abandonado al ser humano. Las primeras escenas muestran al médico observando el rostro de una anciana agonizando. Kevorkian la mira detrás de un espejo y recuerda la agonía dolorosa de su madre. Su voz en off lo acusa de no haber hecho algo para evitar un sufrimiento inútil en la despedida final. Tal vez aquí pueda estar el origen de su tarea de ayudar a morir sin padecimientos innecesarios o de sobrevivir con enfermedades o mutilaciones (físicas o psíquicas) para arribar a un final detestable. Para el galeno los milagros no existen. La película es un intento de indagar los motivos que condujeron a llevar a cabo su implacable tarea de aliviar agonías terribles o vivir bajo los signos de un mal incurable. Es un intento, sí, porque el telefilme avanza manteniendo una imparcialidad que no siempre consigue. Hay momentos en que la historia se inclina a favor de Jack, hay otros en que no. Por ejemplo la larguísima muerte de un anciano con el rostro cubierto por una caja de plástico cuando el médico tan sólo cuenta con dos tubos de oxígeno insuficientes, resulta tan insoportable que los adherentes al método del doctor tiran la toalla. La actuación de Al Pacino (cabello blanco, agachado, delgadísimo) es notable (mereció el Premio Bafta otorgado por la British Academy Film Awards). El mismo Kevorkian admitió al salir de la cárcel su deseo de que su historia no fuese llevada a la pantalla, pero al saber que el actor de Espantapájaros era el elegido para interpretarlo aceptó de inmediato. Medido, meditativo, incapaz de que un solo gesto delatara qué pasa por su mente, evadiendo sonrisas, con la mirada perdida en un instante de su pasado, Pacino lleva el peso de un telefilme que apenas supera la medianía de los productos televisivos. Lo logra con su asombrosa versatilidad. El título No conoces… afirma la ambigüedad que trasciende de las actitudes de ese doctor al que no podemos culpar ni perdonar el acatar los pedidos de eutanasia de más de 130 seres. Durante su transcurso es imposible aprehender la personalidad de ese armenio que sufre dos golpes terribles: las muertes de su querida hermana (Brenda Vaccaro) y la de la activista Jean que lo ayuda con fervor en su empresa (Susan Sarandon). Un par de momentos fortísimos que el director Barry Levinson (un artesano mediocre, el de Rain Man (1988), Toys (1992), Avalon (1991), Bugsy (1992) entre otras frustraciones) sale airoso merced a la labor meritoria de las actrices. Si uno se pregunta por las creencias religiosas de este armenio empeñoso en su práctica considerada ilegal en casi todo el mundo, la única respuesta que se insinúa es cuando se aproxima al oído de su estimada amiga Jane y le murmura (“Dale un beso a Margo de mi parte”) refiriéndose a su rolliza hermana. Tal vez Dios no esté alejado de las prácticas del Doctor Jack. Un párrafo aparte para John Goodman en el rol de su amigo, el escritor Neal Nicol, en cuyo libro se basó el guión del telefilme. Es un soberbio intérprete capaz de darle vida a un policía de pocas luces, a un Papa pagano o hasta el mismísimo pather de la familia Picapiedras. Un grande. El telefilme exhibido en la Argentina sufrió varias mutilaciones, pero no tantas como las que presenta su presentación de dvd. Un juicio condenatorio para los encargados de presentar en estas condiciones una película candidata a 15 Premio Emmy como No conoces… o Doctor Muerte se impone sin admitir disculpas. _____________________________________________________

En el epílogo se lee que el médico protagonista salió de la cárcel a los 77 años. Un dato (la edad) que no coincide con algunos comentarios difundidos por la prensa. Un detalle no tan menor.



HERNANDO HARB

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