Es una película incómoda. Se trata del primer largometraje de ficción Bill Guttentag, un oscarizado director televisivo y autor de cine documental de gran calidad., desconocido en la Argentina por obra y gracia de la (falta de) promoción y de la (silente) censura.

En este filme de estructura de aparente sencillez –sin numerosos primeros planos, de zigzagueante cámara, de montaje nervioso- necesaria para crear un distanciamiento cómplice entre el espectador y la mirada tenaz de la lente, se denuncia el manejo de los reality shows y de la falta de límite que impone el rating, ese dios impiadoso que hace culpables a los improvisados y libera de castigo a sus adoradores.

El amo de Network, empresa televisiva omnipotente al borde de la crisis, le impone a la productora Katie (la bellísima Eva Mendes, actriz de ascendencia cubana nacida en Texas, Houston) que busque la fórmula que eleve las acciones de la empresa televisiva.

La ambición desmedida desconoce la prudencia y la mujer plantea la creación de un sofisticado reality: seis participantes que deben someterse al juego de la ruleta rusa, los familiares del que muera obtendrán una ristra millonaria de dólares. Los que se salven perderán, luego de observar en las plateas a llorosos parientes a la espera de que el azar los indemnice de toda culpa.

La gélida Katie/Eva tienta a los directivos. Ella los convence de que la muerte (no la simulada en las telenovelas) tiene que ser la realidad observada a través del ojo de la cerradura instalado en el hogar o en la platea de un set. De ahí el subtítulo del filme, La muerte en vivo una inmodesta (disculpable por la intención) referencia a la magnífica La muerte en directo de Bertrand Tavernier.

La minuciosa descripción del show es el núcleo de un film galardonado en el Festival de Cine de TriBeCa, en 2007, certamen fundado por varias figuras famosas de la industria, entre otras Robert De Niro. (Tribeca es un barrio de Manhattan, ámbito donde residen Meryl Streep, el dramaturgo Edward Albee y hasta el mismísimo De Niro. Su nombre en castellano es Triángulo bajo la Calle Street). Fue un espaldarazo a Guttentag, quien curiosamente había filmado un reality para la TV Crime & Punishment (serie, 2002) protagonizado por jueces y abogados auténticos, quienes disparaban dardos a una sociedad dedicada a esparcimientos nada ejemplificadores ni didácticos.

Premio merecido a esta Live! No exhibida en ningún estado de USA, y prohibida en países europeos (España, por ejemplo) y en otros como en la Argentina relegada al DVD. Explicable si se vive en el auge de esa clase de programas donde la simulación de los protagonistas es inevitable-saben que son observados- y la insatisfacción del espectador –al conocer esa imposible de asistir a una no-ficción- terminan por provocar una insatisfacción sólo colmada por un espectáculo que supere la dramatización teatralizada. La serpiente, como el deseo, se muerde la cola. Y debe repetirse el juego circular.

Live! es un título a descubrir. Dueño de una ética expuesta con implacabilidad.

Sería interesante conocer otros títulos de Guttentag como You Don´t Have to Die, documental producido por HBO, ganador de un Oscar al mejor en su género en 1988, o la premiada por la Academia de Hollywood Twin Towers (2003) o la elogiada The Cocaine War: Lost in Bolivia (denuncia armada en estudios televisivos independientes en 1992).

Varias veces candidato a la estatuilla dorada, premiado en Sundance por Narking, incisivo análisis de la Segunda Guerra Mundial, este observador de un mundo líquido –como lo definiría un filósofo galardonado con el Premio Cervantes- que nos apremia a despertarnos del mal sueño de la falsedad armada por varios Salieri, esos enemigos de una realidad que podría ser mozartiana para bien de una sociedad desorientada.

El cine también es un convite a saber detectar los errores circundantes. Cuidado con las invitaciones adulteradas.

HERNANDO HARB