LO MEJOR DE NUESTRAS VIDAS de Daniele Thompson-HERNANDO HARB

sábado, 28 de agosto de 2010 en 19:32

















LO MEJOR DE NUESTRAS VIDAS

de Daniele Thompson



Título original: “Fauteuils d’orchestre”

Francia, 2006/7

Género: Comedia dramática

Dirección y diálogos: Daniéle Thompson

Guión original: Daniéle y Christopher Thompson (1)

Director de fotografía en colores: Jean Marc Fabre

Montaje: Sylvie Landra

Escenografía: Michéle Abbe

Sonido: Michel Kharat

Distribuida por Alfa

Fecha de estreno en la Argentina: 14 de junio de 2007

Duración original: 106’

Duración en la Argentina: 106’

Duración en EE.UU.: 100’

Hablada en francés, inglés y japonés

Intérpretes: Cécile de France (Jessica) – Valérie Lemercier (2)

(Catherine Versen – Albert Dupontel (Jean Francois Lefort) – Laura Morante (Valentine) – Claude Brasseur (Jacques Grumberg) – Christopher Thompson (Fréderic) – Dani (3) (Claude) – Sydney Pollack (Brian Sobinski) – Suzanne Flon (4)- Annelise Hesme


París. Esta vez no las clásicas postales de la capital francesa. Los guionistas Thompson eligieron el lujoso barrio de la avenida Montaigne: una suerte de triángulo comunicante entre el Café des Théatres y dos salas teatral, una frente a la otra. La acción transcurre el día 17 y “su” noche. Una voz en off la de una abuela habla acerca del lujo y la búsqueda en su Juventus de una vida rumbosa, la convivencia entre artistas famosos, la lujuria del dinero y de los brillantes sobre las mesitas de luz. Terminó como camarera conviviendo con ese sueño, el que repetirá Jessica, su nieta, una jovencita encantadora bajo el solparisiene y observando la Torre Eiffel al amanecer desde una azotea.

El título original es más exacto: Platea preferencial”, o sea el lugar ideal para observar el diario vivir: “ni las primeras butacas, porque uno no tiene una visión total del espectáculo, ni las últimas, puesto que se pierden detalles y se ve todo muy reducido. En fin, el centro”.

Ésa es la primera enseñanza de la chica que el dueño de un bar la elige de mala gana para trabajar de moza (“en realidad no tomamos mujeres. ¿Por qué? Porque no”).

Los protagonistas se van sumando entre melodías cantadas por Juliette Greco, Gilbert Becaud, Sacha Distel y referencias a Sartre y Beavoir, a Kusturica, Resnais, Truffaut, Feydeau.

Jean Fracois, un notable pianista que ofrece ese 17 un concierto. Su matrimonio con la bella Valentine está en crisis. Ella es su representante y se rebela contra la decisión de su marido de dedicar su arte a los desvalidos e ignorantes de la música. Decisión que logra llevar a cabo, interrumpiendo su interpretación beethoviana y haciendo un leve streptease al despojarse de sus ropas acartonadas y finalizando su concierto en camiseta. La pareja se une por obra y magia del arte. O del amor, que es lo mismo al fin y al cabo. Las notas musicales transmiten el amor del pianista y su mujer así lo entiende en tanto la fabulosa banda sonora deja oír unos besos que explican cómo entre abrazos y guerras se termina en la cúspide de la paz. Una casa humilde frente a la playa los espera.

También está la histérica actriz de telenovelas Catherine Versen, quien debuta ese 17 representando el vaudeville La pulga en la oreja”, está harta de su mediocre carrera televisiva y descubre entre los asistentes al mismísimo Sydney Pollack (5), un director norteamericano al que le adjudica la realización de “Taxi Driver(6) y que prepara el rodaje de una película sobre Simone de Beavoir y Sartre. Misterios del coup de foudre, ese bautizado amor fou consigue que el visitante estadounidense quede prendado de la verborrágica actriz y le ofrece filmar una biografís acerca de la vida de Simone “Castor” Beavoir luego de escuchar un análisis de la vida y obra de la autora de “Los mandarines”. El amor y el arte de han congeniado para armar otra pareja.

Jacques Grumberg es un enfermo terminal. Ese día 17 remata las obras de arte que coleccionó junto con su esposa (“la única mujer a la que amé”). Lo visita su hijo, Frédéric, joven protestante que no soporta los barrios lujosos y convive con el hombre común; es un escritor que aborrece Catalina de Médici, asombrado descubridor de un secreto de su padre: la escultura –El beso (1925) de Constantin Brancusi (7) ha sido la preferida de su madre fallecida (que amó a un solo hombre en su vida, el viejo Jacques). Esa obra de arte los une de modo impensada, y en tanto oyen los martillazos del rematador descubren que el arte que se ama no tiene valor en francos. Fréderic se la regalará, con anuencia de su pater, a la camarera Jessica, sí la joven que viajó de un pueblito de provincias a conquistar el verdadero lujo de la capital. Otra vez el arte es cómplice del amor. Cuando Jessica observa la escultura opina: “No soy entendida, pero al verla dan ganas de enamorarse”. La magia se ha cumplido.

El cuadro de protagonistas se completa con Claude , una artista fracasda que ese 17 se retirará, y que canta acerca de “la soledad y su inexistencia”. Es una soltera que vive acompañada por los grandes de la música francesa, y lagrimeando admite que su amor es la música (cada compás es un latido en mi corazón).

Ha una perdedora en esta hermosa fábula coloreada con la pintura de la fotografía de Jean Marc Fabre: es la ambiciosa Valérie, una jovencita bella amante del dinero, que comparte la intimidad con los Grumberg, uno (el joven) que vive para construir, el otro (el viejo) que sobrevive para vender los recuerdos.

Y en el medio de esta jornada (espléndido 17) está el madapolán, una tela rara parecida a la hindú que -en una escena clave- alguien acaricia con sus manos y que se menciona dentro de un burdo contexto escrito por Feydeau. La simbólica representación que juega en esta bella película se la dejamos al gozoso espectador.

El mismo que, como nosotros, sabe que el amor y el arte son los lujosos aliados para poder gozar de la magia de la vida.


Hernando Harb


(1) Madre e hijo en la vida real.

(2) Ganadora del Premio César a la Mejor Actriz Secundaria del año 2006.

(3) Candidata a Mejor Actriz de Reparto ese mismo año.

(4) Falleció después del rodaje. Gran actriz de la Comedia Francesa.

(5) Es el gran director norteamericano, por ejemplo de “África mía” (1985) –por la que obtuvo un Oscar-. A veces trabajó como actor y estuvo a la altura de sus antecedentes, como en esta ocasión.

(6) Filme dirigido por Martin Scorsese en 1976..

(7) Escultura de Constantin Brancasi, de origen rumano radicado en París. Nació en 1876 y falleció en 1957.

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