WALL STREET de Oliver Stone - Hernando Harb

viernes, 12 de noviembre de 2010 en 18:19














WALL STREET
de Oliver Stone


El dinero nunca duerme)

Título original: Wall Street

Estados Unidos, 2010

Género: Drama

Hablada en inglés

Director: Oliver Stone

Escritores y guionistas: Allan Loeb – Stephen Schiff

Basado sobre personajes creador por Oliver Stone

Productores: Eric Kopeloff – Edward R. Pressman – Oliver Stone

Música: Craig Armstrong

Fotografía en colores: Rodriego Prieto

Montaje: David David Brener – Julien Monroe

Intérpretes: Michael Douglas (Gondon Gekko) – Shia LaBeouf (Jake Moore) – Josh Brolin (Bretton James) – Carey Mulligan (Winnie Gekko) – Eli Wallach (Jules Steinhardt) – Susan Sarandon (madre de Jake) – Frank Langella (Louis Zabel) – Cameos de Sylvia Miles –Oliver Stone- Charlie Sheen

Fecha de estreno en la Argentina: 23 de setiembre de 2019

Duración original: 136’

Duración en la Argentina: 133’

Calificación: Apta para mayores de 13 años


Esta es la secuela de la “Wall Street” estrenada en 1987 escrita y dirigida por el bifronte Oliver Stone; aquí aparece como productor y director, el libreto y el guión se los dejó a un par de señores que se deben de haber aburrido recogiendo datos bursátiles cuando los mercados del mundo zozobraron y se creuó que se producía un derrumbe global (para satisfacción de algunos que se desenrocaron del árbol y para desvelo de la humanidad). No es ninguna novedad que Stone haciendo honor a su apellido puso cara de piedra y vio una desgracia republicana apta para ser filmada y que le dé réditos. Según él, la vida es una timba. Apuesta a dos caras y vaya a saberse quién le da las fichas para que juegue en el casino del cine más crudamente comercial.

En esta remake el personaje del estafador Gordon Gekko se retira de la cárcel luego de una residencia de ocho años. A la salida no lo reciba nadie. Su hijo ha muerto de una sobredosis y su hija, la bonita Winnie, no le perdona su pasado aunque está en pareja con un joven, el versátil Jack, que es un prometedor corredor de Bolsa. Pero, Edipo aparte, en esta historia se engañan todos sin temor y con algunos lamentos a destiempo y unas furias descargadas por el egoísmo. El olor del dinero inspira estas reacciones en tanto se pone el alma en el freezer para épocas mejores en el sube y baja de la vida.

Stone nos ofrece unas panorámicas de Wal Street que son postales diurnas y nocturnas dignas de colección, donde Gordon va a hacer de las suyas provocando la admiración de desocupados de grandes firmas por la hecatombe de los mercados y edita un libro en el que enseña como recuperarse de un tropezón carcelario.

A él se arrima el joven Jake. Es un muchacho que acaba de perder a su admirado mentor Louis Zabella (impagable Frank Langella) que se suicida luego de comer un paquete de papas fritas tirándose bajo el subte porque la empresa Chrchill lo hizo quebrar. Allá va, Jake, en vengador en busca del sabelotodo (en materia económica) G.G. No es casualidad: Gekko es su futuro suegro, aunque su prometida odia al papá y desconoce de esa relación que ambos hombres querrán restablecer en el supuesto nombre de la familia. Nada es cierto. La joven Winnie quiere casarse con Jake, a quien le esconde que tiene depositados ¡doscientos millones de dólares! fruto de las estafas de su innombrable progenitor. De esa plata la mitad la donó a una entidad antidrogas, pero bueno, se guardó la otra parte porque “odia el dinero”. Sí, Winnie. Como el papá es más vivo prepara un acercamiento, hace que la pareja caiga en la trampa y se embolsa el dinero para retornar a su vida de financista experto y famoso a nivel mundial desde sus cuarteles en Londres. De paso se venga de la firma Churchill, cosa que halaga al vengador Jake pero lo desconcierta con tanta plata circulando entre los suyos y él ni enterado…

Es inútil contar lo que intenta trasmitirnos el director: que la Bolsa de los Estados Unidos es un nido de escorpiones, que desean hundir todo avance social y que engañan a todo el mundo nada más que porque la vida es un juego que da satisfacciones materiales envidiables… En fin: lo mismo que pretende lograr Stone con sus recaudaciones. No se pueden obtener sentimientos de las piedras.

Conviene hacer un poco de biografía de Oliver Stone: Nació el ’46. Dejó la Universidad de Yale para dictar cursos en el Free Pacific Institute, Cholon, en Vietnam. Ingresó a la Marina mercante de USA en l966 (fijarse en las fechas y cotejar con episodios históricos). Al año siguiente se ofreció de voluntario en la 25ta. División de Infantería. Retornó con condecoraciones numeros aunque sus superiores asesguraron que presentaba una personalidad enfermiza. Entonces estudió cine en la Univerisidad neoyorquino. Escribió guiones: ganó un Oscar por “Expreso de medianoche” (un exitazo con aristas de racismo evidentes), obtuvo otra estatuilla por la dirección de “Pelotón” (donde quedaba bien con Dios y con el Diablo sin haber leído la imposibilidad bíblica de servir a dos patrones a la vez) y un Oscar especial para lucirlo al coproductor Tom Cruise en “Nacido el Nueve de Julio”.

Suficiente.Sólo es necesario recordar que su filme consagratorio fue “Natural Born Killers” (1994, “Asesinos por naturaleza”) que lo filmó porque Quentin Tarantino se negó a hacerlo al no hacerle algunos cambios y en pleno festival de Cannes desmintió cualquier relación con la película. Lo hizo furioso y por micrófono.

Stone con esta secuela de “Wall Street” demuestra ser un oportunista sin disimulo.Espera una desgracia para filmar sobre los escombros una película que le haga ganar tantos dineros como en la rueda de la Bolsa: lo hizo elogiando a los bomberos con su pedestre

Las Torres Gemelas” con ayuda del comodín de Nicolas Cage.

En “Wall Street 2” llega al descaro, atenuado por el aburrimiento de un desarrollo argumental parecido a clases de economía en tiempo abreviado: en el remate los malos son castigados, Gordon Gekko es un triunfador y sus estafas quedaron en el olvido, recupera a su hija y a su yerno devolviéndole los ¡100.000 millones de dólares! que les quitó porque se arrepintió (luego de retornar al centro bursátil) al ver la ecografía de su primer nieto. Conmovedor. Basta ver la escena final, imperdible, que parece extraída de una película de Jennifer Lopez y su galán de turno: no falta nadie ni nada, está la torta y unas velitas, el bebé rozagante, la madre de Jake que era una especuladora en los negocios inmobiliarios que debido al crac retornó a su profesión preferida, la de enfermera…, Gekko se babea como abuelo primerizo, la pareja principal es feliz una vez que el suegro los unió y concretó la venganza contra el malvado de la organización Churchill porque (conviene aclararlo) G.G. mantiene fértiles vínculos materiales a nivel internacional. No faltaba más.

Hay algo que debe tomarse en cuenta: el principal estafador de Churchill (Bretton James, a cargo del buen actor Josh Brolin) compra cuadros famosos como inversión (de pintura no entiende nada) y en el centro de su oficina tiene elprestigioso detalle de una obra del pintor español Francisco de Goya (1746-1828) “Saturno devorando a su hijo”, que el director de este filme muestra con insistencia y cumple cierto simbolismo no deseado. Estoy seguro que la ignorancia de Stone no le permitió darse cuenta que esa pieza representa “a un padre devorando a su hijo” o sea es la representación del filicidio perfecta. Olivier debe haberla incluido con algún motivo político inefable.

Como sus dos cameos: uno con una pieza popo denominada “Alicia en el País de las Maravillas”, cuya inclusión no merece el mínimo análisis. Que Lewis Carroll no se entere.


Hernando Harb

BROTHERHOOD de Nicolo Donato - Arnaldo H.Corazza

en 15:31





















BROTHERHOOD
de Nicolo Donato

TITULO ORIGINAL Broderskab (Brotherhood)
AÑO 2009
DURACIÓN 90 min.
PAÍS Dinamarca
DIRECTOR Nicolo Donato
GUIÓN Rasmus Birch, Nicolo Donato
MÚSICA Simon Brenting, Jesper Mechlenburg
FOTOGRAFÍA Laust Trier-Mørch
REPARTO Nicolas Bro, David Dencik, Claus Flygare, Michael Grønnemose, Hanne Hedelund, Anders Heinrichsen, Morten Holst, Jon Lange, Johannes Lassen, Sophie Louise Lauring, Thure Lindhardt, Martin Metz, Signe Egholm Olsen, Peter Plaugborg, Mads Rømer, Lars Simonsen,
PRODUCTORA Asta Film
GÉNERO Drama | Nazismo. Homosexualidad

Lars es un joven de 22 años que, al unirse a un grupo ultraderechista, conoce a Jimmy, otro de los miembros del grupo con el que acabará teniendo una aventura amorosa. Y es que aunque las relaciones homosexuales se castigan duramente en sus círculos, el amor y la atracción sexual que sienten el uno por el otro es demasiado fuerte y por eso deciden seguir juntos, aun estando a las puertas del castigo.

El film trata sobre el nacimiento de una relacion amorosa homosexual entre Lars y Jimmy, ambos pertencientes a un grupo Nazi de Dinamarca. No solo es interesante el guion, sino que esta muy bien filmado el relato, sin golpes bajos, y manteniendo la tensión durante todo el film. Obviamente, como siempre en estos grupos violentos, todo termina mal. El film -opera prima- gano el premio Marco Aurelio de Oro en el festival de Roma del año 2009. El relato es sencillo, y atrayente, y refiere a los vinculos que establecen los seres humanos, a veces contradictorios, y su pertenencia a "familias" harto perturbadoras de esos mismos vínculos. Muy buenas las interpretaciones de Nicolas Bro y David Dencik, que revelan un excelente manejo de los actores por parte de su director. Vale la pena verla.

Puntos de 1 a 5: 3 puntos


ARNALDO H.CORAZZA

DINO DE LAURENTIIS - Hernando Harb

en 15:06













ERA EL HIJO DE UN FABRICANTE DE PASTAS

DINO DE LAURENTIIS: UN COMERCIANTE,

A VECES VENDEDOR DE ARTE


El miércoles 11, cerca de “la hora del lobo”, falleción en Los Ángeles el millonario productor Dino De Laurentiis. Nació el 18 de agosto de 1919, en Torre Annunziata, Campania. Fue un comerciante hábil, poderoso inversor de grandes obras de arte, sucesos comerciales y una gran cantidad de filmes detestables que le significaron pérdidas recobradas. Deja un clan, presidido generalmente por su hija, para intentar la continuación de su famosa empresa, que compartió algún tiempo con su competidor Carlo Ponti (ambos casados con grandes y bellas actrices: De Laurentiis con Silvana Mangano; su ex socio con Sophia Loren, similitudes que regala el dinero, la posibilidad de fama y la astucia para descubrir talentos o carismáticas figuras en los más variados géneros). Fue hijo de un hogar de clase media, su padre era fabricante de pastas. Como el Moraldo de “Il vitelloni” de Fellini a los veinte años partió hacia Roma para ser actor. Luego de una prueba en 1937 comprendió que debía cambiar de profesión, pero sin abandonar el magnético universo del cine. Con la garantía de su amigo Mario Soldati se incorporó en la Lux Film, donde emprendió su carrera en la producción con destreza. Agostino, tal era su nombre verdadero, era adepto a los filmes de aventuras y a las comedias un tanto gruesas. De ahí que sus primeros logros haya que remontarlos a algún filme con Totó (1951/52) o a algunas historias de acción de repercusión popular inmediata. Su primer gran logro fue “Riso amaro” ( 1949, “Arroz amargo”) con la que fuera su mujer, la Mangano –quien hizo popular su figura en pantalones cortísimos saliendo de los arrozales para que rivalicen por ella los ascendentes Vittorio Gassman y Raf Vallone-. Intentó repetir el éxito con los mismos integrantes en “Anna” (1951, “Ana”) donde pareja baila un famoso baión que provocó suspiros y algún escandalote que entibiaba el ingreso de la cabaretera a un convento para ser esposa de Dios. Pero De Laurentiis si adquirió respeto y mayor fama fue por ser productor de Federico Fellini (“La Strada” y “Las noches de Cabiria”, las dos con Giulietta Massina, que ganaron sendos Oscar de la Academia). También fue productor del excepcional Mario Monicelli (1957, “La gran guerra”), del norteamericano Richard Fleischer a quien contrató para una formidable versión del “Barrabás” (1962) del Nobel sueco Par Lagerkivist; del maestro Ingmar Bergman (“El huevo de la serpiente”, 1977), de Sidney Lumet con su reiterada “Sérpico” (1973) y del admirable Sydney Pollack (en la comprometida “Los tres días del cóndor” (1975, hecha para lucimiento del mandamás Robert Redford ). También el nombre de Don Laurentiis estuvo mezclado con los estruendos fascistoides de “Conan” (dos veces, en 19882 y 1984, obteniendo la difusión del musculoso Albert Scwarzenegger. Los resultados no fueron los mismos cuando intentó recrear nada menos que “La Biblia” (1966, dirigida por el rebelde John Huston, quien se guardó para él el rol de Noé y tuvo una pelea con Di Laurentiis porque el creador norteamericano se tomó la película a la chacota.9), ni tampoco con un erótico intento de lucir a Madonna. No es cuestión de escribir una necrológica recordando fracasos. Hay que reconocer que le concedió al refinado Luchino Visconti la oportunidad de adaptar (discutiblemente) “El extranjero” (1967) de Albert Camus y darle una oportunidad para lucirse al críptico David Lynch con los despojos mutilados que quedaron de su “Duna” (1984). Pero negocios son negocios. Y el productor de quinientos filmes es dueño de tener algunas manchas y varios logros en ese cuadro que pintó para el universo del cine que abandonó a los 91 años en su señorial mansión de Berverly Hills rodeado de sus herederos. Don De Laurentiis, descanse soñando con las imágenes que usted ayudó a plasmar. De las buenas. Que son muchas.

HERNANDO HARB

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