EL VIENTO QUE ACARICIA EL PRADO de Ken Loach -Arnaldo H.Corazza

martes, 1 de junio de 2010 en 16:13




















EL VIENTO QUE ACARICIA EL PRADO
de Ken Loach (1)


TITULO: El viento que acaricia el prado
TITULO ORIGINAL: The wind that shakes the Barley
GENERO: Drama
DIRECCION: Ken Loach
GUION: Paul Laverty
INTERPRETES: Cillian Murphy, Pádraic Delaney, Liam Cunningham, Orla Fitzgerald, Mary Riordan
FOTOGRAFIA: Barry Ackroyd
MUSICA: George Fenton
MONTAJE: Jonathan Morris
ORIGEN: Alemania – Italia – Francia – Inglaterra (2006)
DURACION: 127 minutos
CALIFICACION: Apta para mayores de 16 años
WEB: http://www.thewindthatshakesthebarley.co.uk/
DISTRIBUIDORA: Distribution
TRAILER: no disponible
FECHA DE ESTRENO EN BUENOS AIRES: 5 de octubre del 2006
DATOS PARA DESTACAR: Ganadora de la Palma de Oro Cannes 2006

Irlanda, 1920. Los hermanos Damian y Teddy dejan sus tranquilas vidas para unirse a los trabajadores y campesinos que, por amor a la patria, están formando grupos armados para enfrentar a los escuadrones ingleses. La lucha armada decidirá la independencia, limitada, del pueblo irlandés de la corona británica.

Es un freso de la lucha del pueblo irlandes por su independencia de Gran Bretaña, que llega hasta la firma de tratado anglo-irlandes por la cual se crea en 1922 el estado libre Irlandes por el cual seguia dependiendo de la monarquia Británica. Muestra, y apenas, el comienzo de la guerra civil en irlanda, porque muchos combatientes no aceptaron ese tratado. El film es interesante, bien filmado, con una excelente fotografia, pero como dije al comienzo es solo un fresco, que no profundiza demasiado en los conflictos. Es solo una mirada, critica del colonialismo Británico. Recuerderse,que recien en 1937 nace la República Irlandesa, verdaderamente independiente de Gran Bretaña, no comprendiendo a Irlanda del Norte que sigue ocupada por los Británicos. El premio Palma de Oro del Festival de Cannes 2006 parece excesivo, aunque quizás como algunos han dicho, ha sido mas un premio a la trayectoria de Ken Loach. El film es bueno, nada extraordinario, pero por cierto interesante para aproximarse a la larga lucha del pueblo Irlandes contra el colonialismo británico, que aún no ha concluido. Muy buenas las interpretaciones. Recomendable.

1.-Kenneth Loach conocido como Ken Loach, (Nuneaton, Warwickshire, Inglaterra; 17 de junio de 1936) es un director de televisión y director de cine del Reino Unido, conocido por su estilo de realismo social y temática socialista ligados a su militancia trotskista. A los 25 años, mientras estudiaba derecho en Oxford; en el St Peter's College; entró por primera vez en contacto con las artes escénicas, actuando en el grupo de teatro de la universidad. Después de graduarse, trabajó como asistente de dirección en el Northampton Repertory Theatre. Pero estaba más interesado en el mundo audiovisual que en el de las tablas, así es que después de obtener en 1963 una beca en la cadena de televisión BBC, se inicia en la dirección. El ambiente que se respiraba en aquellos años, favorecía la realización de programas que criticaban las injusticias sociales, allí encontró Loach la visión y la voz que caracterizaría su cine. A partir de 1964 comienza a dirigir una serie de documentales, el más famoso de ellos es Cathy Come Home (1966) sobre la pobreza, con el cual obtuvo gran éxito. Desde entonces y hasta principio de los 80', dividió su tiempo entre el cine y la televisión, filmó cuatro largometrajes, numerosos documentales y películas para la TV como The Big Flame (1969) sobre los trabajadores portuarios de Liverpool y la serie Days of Hope (1975), sobre los hechos que llevaron a la huelga de 1926, y la derrota del Movimiento Laborista Británico. Con Margaret Thatcher en el poder, crece el paro y los recortes de presupuesto para la cultura. La Dama de Hierro se gana muchos enemigos entre los artistas, Loach entre ellos. El Channel Four prohibió sus documentales A Question of Leadership, con los que combate al Thatcherismo, por lo cual a lo largo de toda esa década solo puede filmar dos películas. En los años 90', con los cambios políticos, su carrera se revitaliza. Ha filmado hasta ahora nueve películas más, con la mayoría de las cuales ha obtenido numerosos premios, consolidando su carrera internacional, pero manteniéndose siempre fiel al estilo que fue una constante en su vida: la defensa de los oprimidos. En cuanto a la militancia estrictamente política, Ken Loach es hoy día miembro de la directiva de la coalición de izquierda RESPECT. Loach, en cuyas películas muchos creen ver algo así como un "grado cero de la escritura cinematográfica", es dueño de un estilo depurado y sintético. Como heredero inequívoco de las principales tendencias de cine realista de europa y en mayor medida del cine independiente que se caraterizaba por su realismo, su inconformismo social, su crítica a la burguesía y a la sociedad, y su acercamiento a los seres anónimos de la misma, o su sentido del humor. Ken Loach, al igual que sus antecesores, denuncia los traumas que ocasiona en los seres humanos la vida en las ciudades industriales a pesar de los avances tecnológicos, y con sus historias sacude las conciencias de la sociedad contemporánea con el fin de mejorar sustancialmente las condiciones de la clase trabajadora (poniendo de ejemplo lo que mejor conoce: las injusticias que sufren las clases menos favorecidas en la sociedad británica).Fuente Wikipedia

Puntos de 1 a 5: 3 puntos

EL PRINCIPE DE PERSIA de Mike Newell - HERNANDO HARB

en 10:20



















EL PRÍNCIPE DE PERSIA: LAS ARENAS DEL TIEMPO

Título original: Prince of Persia: The Sads of Time

Estados Unidos, 2010

Estreno en la Argentina: jueves 27 de junio

Género: Aventuras

Director: Mike Newell

Productor: Jerry Bruckheimer

Idea: Jerry Bruckheimer

Guión: Doug Miro – Boaz Yakin

Intérpretes: Jake Gyllenhaal (Dastan) – Gemma Artenton (Tamina) – Ben Kingsley (Nizam) – Alfred Molina (Sheik Amar) – Steve Toussaint (seso) – Richard Coyle (Tus)

Calificación: Para todo público

Duración: 114 minutos

Érase una vez… un público infantil y adolescente (acompañado por familiares de diversas edades y parentescos) asistente a mamotretos italianos filmados en techniscope y en radiantes colores, con circos más o menos romanos, sonoras trompetas que anunciaban a Ulises (sin Penélope) peleando con Sansón (lejos de Dalila). No importaba la coherencia histórica. Mucho menos los Libros del Antiguo Testamento. Los datos cronológicos se ignoraban y podían asociarse morrudos luchadores griegos con algún fenicio escapado de alguna página apócrifa, o con Teseo que desconocía la fortaleza del Minotauro y mucho menos la astucia femenina que lo salvaría de laberintos (in)mortales.

Los años 60’ quedaron atrás.

Dieron paso a extraterrestres de toda laya, con ojos empañados y lenguaje repleto de pacifistas promesas dictadas por interplanetarios cultores de la amistad.

Los ’80 se volatilizaron.

Con dientes filosos, hipodérmicas destrezas y sangre a raudalos los espectadores (de edades varias) pasaron a disfrutar de la imaginería de una Transilvania con colores prestados por los hermanos de la Casa Hammer. O –para el caso es lo mismo- muertos vivos engendrados en tumbas texanas haciendo alarde de racismo y canibalismo (el orden no altera la necesidad).

Llegaron los videogames amparados por la globalización técnica. Y en los barrios del orbe un variado público se dedicó a esas aventuras capaces de negar la originalidad y empecinarse en negar estilos, desconocer la diversidad, endiosar la opulencia física de un héroe emergido de una Troya ubicada entre cartagineses y camuflados boinas negras (la lógica es lo de menos). Eso sí, varios monstruos amenizaban las tertulias cuasi familiares prodigadas por computadoras servidoras de esperpentos lúdicos.

Era de esperar. Como la espiral de Toynbee la historia se repite sin respetuosa circularidad. Y productores de cine, que llenaron sus alforjas con tesoros prestados por piratas caribeños (presididos por un Johnny Depp, contratado en los momentos en que Tim Burton escribía otro guión), descubrieron el filón.

Y nacieron héroes como este Rey de Persia (hoy Irán, dato nada menor) que des-anima Jake Gyllenhaal, de quien sólo puede decirse (en este caso) que sus ojos iguales a los de Maggie –su hermana y actriz- no concuerdan con esa apariencia pr0ducto de esteroides y de ejercicios facilitadas por dobles puntuales.

La historia de este Rey de… es casi la misma que la original. Huérfano adoptado por un rey que lo educa junto a dos hijos sin imaginar que le espera la muerte a manos de un miembro familiar. Porque Sharaman (tal el nombre de S.M.) es asesinado por su hermano, un Nizam hamletiano (pero sin consorte adúltera y con esfinges pronosticadoras). El acusado es Dastan/Jake, capaz de enamorar a la princesa Tamina y descubrir el motivo del deicidio: “Arenas del Tiempo”, daga muy filosa que permite no sólo retroceder en el tiempo y modificar disgustos, sino que en manos indignas puede terminar con el mismísimo mundo. Una exageración.

El videogame se pone en marcha. Cuando la pareja inicia una escapatoria por confines nada envidiables. Menos mal que la princesa conoce el manejo del filoso instrumento. Sabiduría femenina al servicio de jugadores del siglo XXI.

Lo que no se pone en marcha es el filme. La culpa no sólo es de los adaptadores, también es compartida por Mike Nerwell –un artesano que se lanzó a popularidad con Cuatro bodas y un funeral-, cuya ineptitud es fácilmente demostrable. Sobre todo en las escenas finales.

El reparto incluye a Ben Kingsley y a Alfred Molina, un par de actores muy buenos que se han (mal) acostumbrado a servir a un roto como a un descosido. Después dicen que el dinero no puede todo…

Érase una vez… que los jóvenes entrampados en el universo de un videojuego se rebelaron al descubrir un par de libros escritos por un ciego llamado Homero. Después vendría Shakespeare y el arrepentimiento por perder el tiempo con las bondades ofrecidas por Internet.


HERNANDO HARB

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